Por: Rosalío Morales Vargas
Se impuso la razón y la justicia
Quedó desvencijado el fanatismo
Luminosa victoria para el pueblo
Como un incendio de colores vivos.
Las visiones dogmáticas cayeron
Se fueron derrotadas en sigilo
El sentido común emprende huida
En sórdidos espasmos demolido.
Maestras y maestros en la lucha
Andando con denuedo en el camino
Un nuevo pensamiento se abre paso
Y jubiloso esplende en estallido.
Un afán libertario ha horadado
La penumbra brumosa del olvido
De nuevo se esforzó la resistencia
La lid es justa, el triunfo colectivo.
No se adjudiquen, charros, la medalla
Cubiertos otra vez de oportunismo
Jugaron un papel de traidorzuelos
Y pronto se hundirán en el abismo.
Perdió la intolerancia enloquecida
La élite del conservadurismo
La vieja sociedad y sus lacayos
El rumbo oligárquico vacío.
Triunfó la población en rebeldía
Que con ardor solicitaba libros
Lo mejor de lo humano victorioso
Pues ganaron las niñas y los niños.
Un recio despertar efervescente
Unos pasos sin brida y sin estribo
Un ánimo dispuesto a la revuelta
Una pasión con incesante brillo.
Arde ya una hoguera libertaria
Que calcina lo fosco y lo sombrío
Una corriente popular de audacia
Impetuosa discurre como río.
Seguiremos alertas, vigilantes
En un levantamiento sostenido
¡ Y que no se diluya el movimiento
De mujeres y hombres nobles, dignos!
