Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya
Para muchos, pasa desapercibido los momentos cruciales por los que transita nuestro país en la búsqueda de democratizar la cotidianidad de vida de los mexicanos. Sin duda, la democracia es el elemento indispensable para la construcción de una Patria en la que exista equidad, justicia y paz social. El desconocimiento de lo anterior, aunado a la enorme soberbia e ignorancia de algunos son los principales enemigos que detienen el andar de una sociedad -(grupos)-
Líderes enquistados y autonombrados detienen el avance para conquistar el bien que nos es común. De momento y sin dudarlo nuestro principal opositor es y son nuestras actitudes. No son las autoridades educativas, no es la directiva de pensiones, ni la charra pro-patronal y corporativista secc. 42. Es también, nuestra prepotencia, soberbia y resistencia natural de aceptar al otro, excluyéndolo; poniendo de antemano mis intereses a los intereses generales de lograr los propósitos que nos articulan y nos unen.
Momento es de desinformarnos, destetarnos des-occidentarizarnos de esta filosofía atroz producto de un neo -liberalismo feroz y perverso a ultranza. El temor, la desconfianza y la incertidumbre son los resultados de la ausencia de lectura razón y origen nuestra heteronomía y sumisión. Sé y sé muy bien que en una inmensa mayoría de maestros jubilados circula aún por su sangre su ADN charro que, a pesar de los años y las luchas no lo han podido drenar.
La tarea urgente es la de encontrar el instrumento y argumentos que incluya y colectivice todas las voces que disienten. Demostrarles en la acción – (la praxis como criterio de la verdad)- que aun a pesar de nuestras diferencias – (profundas en algunos casos)- y años es posible la UNIDAD.
Los que se consideren líderes deben de ya, bajarse del pedestal, democratizar su acción, unir sus voces y su criterio con los de abajo. La actitud perversa y perniciosa de algunos no ha permitido la unidad. Los criterios que estos asumen -(según ellos)- no deben pasar por una tela de juicio. Asumen una actitud muy similar a los dirigentes charros de SNTE. Para avanzar es necesario pasar del yo, al nosotros. Transitar de la selectividad a la colectividad.
Ceder es necesario para poder avanzar, aceptar al otro (no tolerar) con sus diferencias debe ser motivo urgente para capitalizar la fuerza con que contemos para lograr el objetivo planeado democratizar al SNTE Esto es, sin duda la tarea urgente.
El guardar silencio con los acontecimientos de la toma por compañeros jubilados de la secc. 42 nos empareja en forma cobarde e ignominiosa con la dirigencia charril. Todo el apoyo y solidaridad dirigido a los compañeros de Chihuahua. ¡VENCEREMOS