Confusión de espacios o escritura al revés puede ser señal de dislexia: IMSS

Chihuahua, Chih.- La dislexia es un trastorno del aprendizaje que viven muchas personas sin darse cuenta hasta que afecta todos los entornos en los que se desenvuelven, informó el coordinador de Medicina Familiar de la Oficina de Representación Chihuahua del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), doctor Ulises Parra Girón.

Explicó que se trata de la dificultad para la distinción y memorización de palabras o grupos de letras, falta de orden y ritmo en la colocación, así como mala estructura de frases, que no sólo se presenta en la escritura, sino también en la lectura y al momento de expresarse.

Indicó que se considera como una afección neurológica en la que generalmente hay antecedentes familiares. Mencionó que esta manifestación aparece desde que el individuo es niño y se caracteriza por la dificultad para hablar a la edad normal, deficiencia para memorizar cantos, números y los días de la semana.

Señaló que algunas personas pueden confundir espacio, tiempo, color, forma o sonido; es decir, para ellos es lo mismo izquierda o derecha, arriba o abajo y no distinguen entre sonidos, incluso, pueden decir una cifra cuando quieren expresar otra.

Parra Girón añadió que en la mayoría de los casos de quienes lo padecen, tienen pobreza de vocabulario y expresión, una comprensión baja, frecuente confusión, sustituyen palabras que tienen similitud como la “b” por la “d”, suprimen palabras en las frases y no las terminan, las intercambian, además de mezclar mayúsculas con minúsculas.

En cuanto al lenguaje, tienen problemas para construir frases correctamente y conjugar tiempos, dijo.

Por lo tanto, recomendó llevar a cabo ejercicios de actividad mental, de atención y memoria, reconocer y agrupar objetos por su color y forma, identificar espacios, nombrar y definir objetos, señalar partes de su mismo cuerpo, además de ejercicios en los que implique utilizar el equilibrio.

El coordinador de Medicina Familiar afirmó que aunque la detección y tratamiento se haga de manera temprana, no se podrán eliminar por completo las alteraciones, pero sí se evitarán muchos problemas de inadaptación escolar o personal en el individuo.

Finalmente, exhortó a los derechohabientes a que presten atención para detectar estas situaciones, ya que cuando se manifiestan después de los nueve o 10 años -en cuarto o quinto año escolar-, el niño o niña ya ha establecido un historial de dificultad para la lectura y no se atreve a leer en voz alta, lo que provoca un vocabulario limitado.