Opinión por: Mtro Joel H. Orozco González, ATP de Telesecundaria
Todo lo que el hombre puede ganar
al juego de la peste y de la vida
es el conocimiento y el recuerdo.
Albert Camus, La Peste.
Esta pandemia quedará como un recuerdo en la memoria colectiva de la sociedad contemporánea; la cual nos enseñó a romper paradigmas como humanidad, como Estado y como nación. Ha puesto a prueba la inteligencia, la tecnología y la ciencia de las potencias mundiales para contener y erradicar el COVID-19. Nos ha hecho reflexionar sobre nuestros sistemas de salud, educativo y de desarrollo tecnológico y científico. Pues durante varios sexenios estos temas han sido marginados en los Planes Nacionales de Desarrollo. Es aquí, donde la 4T, pone a prueba su alternativa para el beneficio de los que menos tienen. Se puede decir, que el subsecretario de prevención y promoción de la Salud; Dr. Hugo López Gatell, ha hecho una labor titánica con los recursos disponibles a su alcance (no digo a sus capacidades, porque está más que claro, que tiene un amplio conocimiento y una trayectoria académica a reconocer); sin embargo, la infraestructura, los equipos y el personal médico son insuficientes en el país. Un claro ejemplo; lo que pasa en el Sistema Educativo Nacional, desde la interrupción de clases el 23 de marzo, el Secretario de Educación; Lic. Esteban Moctezuma Barragán, propuso una solución práctica y sin comprometer los recursos económicos (ahora que está de moda la austeridad republicana); el Aprendizaje a Distancia. Que en el discurso suena innovador y eficiente, pero la realidad es totalmente otra. Moctezuma Barragán, con poco más del año al frente de la SEP, intuyó que casi todas las escuelas de Educación Básica, contaban con una infraestructura acorde a lo que exigen los retos de las tecnologías informáticas de la comunicación (TICs), además, de los ambientes virtuales de aprendizaje (AVA); herramienta de enseñanza puesta en marcha en los países con los cuales nos comparamos en las evaluaciones internacionales como PISA y EXCALE. Lo anterior, sin considerar las mayúsculas brechas digitales que nos separan a lo largo y ancho del país.
Esta contingencia, en la cual el distanciamiento social es importante, pone a prueba a la Nueva Escuela Mexicana, para que miles de alumnos no queden rezagados y continúen con el ciclo escolar, pues es necesario llevar la escuela a casa, dándole la importancia que merece; con actividades, con estrategias y con prácticas escolares acordes al contexto donde se ubican. Ser conscientes de que esta recuperación puede ser paulatina, donde el apoyo de las familias será fundamental. Recordemos que la educación es un trinomio; conformado por alumnos, por maestros y por padres de familia, donde cado uno juega un papel importante en la sinergia del desarrollo de las niñas, de los niños y de los adolescentes. La escuela tiene que romper sus paradigmas, liberarse del conformismo, sacudirse las prácticas de antaño y, sobre todo; reinventarse ante éste reto nacional. Además, la familia tiene que eliminar vicios de responsabilidad y de obligación, ser un apoyo en el aprendizaje de los estudiantes y, sobre todo, dejar de ver a la escuela como guardería. “El aprendizaje a distancia ha obligado a los padres a estar más pendientes de sus hijos y a valorar el trabajo que realizan los maestros todos los días” (Moctezuma Barragán Esteban, Secretario de la SEP)
En este sentido, el Aprendizaje a Distancia no ha resultado adecuado, quizá se lleve a cabo en los contextos urbanos y en las ciudades, donde los alumnos tienen acceso a las diversas redes sociales y a las nuevas tecnologías de la informática y de la comunicación (NTIC´s); en donde pueden apoyarse de smarthphones, de computadoras o tabletas electrónicas para consultar las actividades que los maestros a su profesionalismo, a su ética y sobre todo; a sus adaptaciones pedagógicas, han estado enviando para retroalimentar o seguir con los contenidos de los planes y programas. Lo anterior se tiene que destacar, porque el trabajo del magisterio ha sido contundente, con un gran sentido de responsabilidad y de compromiso; debido a que tienen que buscar los recursos, las formas y los medios para facilitar el aprendizaje en los hogares de sus alumnos. Sin embargo; qué pasa con aquellas comunidades rurales, donde se tiene que viajar por más de ocho horas, esos lugares rezagados en los cuales algunas veces se ingresa por vía aérea, donde no existe luz eléctrica, agua potable, señal telefónica y mucho menos internet. No olvidemos las diferentes culturas indígenas que son parte esencial del sistema educativo inclusivo y equitativo. Como sucede en nuestro Estado y en muchas regiones del país. No obstante; ¿Cómo se podrá enseñar y aprender a la distancia?
“Para tener una buena educación, debes tener un buen gobierno, que no sea corrupto, y que destine los impuestos que se recaudan a la educación. Si no tienes un sistema impositivo adecuado o no tienes gobierno honesto, es imposible tener un buen régimen educativo” (Oppenheimer Andrés; Basta de historias).
Quizá lo anterior sea la respuesta a la pregunta planteada, sin embargo, no se ha cumplido la encomienda de equipar a las escuelas como es necesario, el presupuesto que se aprueba; la mayoría de las veces es encausado para legitimar la ideología partidista del gobierno en turno, con la creación de planes y programas que son suspendidos sin importar los recursos destinados, dejando a un lado el aprendizaje de los estudiantes. También, parte de los fondos económicos, son propuestos a programas descontextualizados, que a veces sólo sirven a sectores estandarizados. Ésto implica la existencia de escuelas sin baños dignos, sin bebederos adecuados, sin aulas respetables, sin pupitres decentes y mucho menos computadoras e internet, lo cual ayudaría en el desarrollo del conocimiento de manera rápida a través de los ambientes virtuales de aprendizaje. Paradójicamente, el subsistema de Telesecundaria, que ha sido modelo de exportación para otras naciones, algunas veces, no cuenta con televisiones y EDUSAT; que es una red de televisión educativa implementada en 1994, las cuales son herramientas de apoyo para los maestros que las atienden.
Tal vez deberíamos empezar por poner la palabra educación en nuestros billetes, tal como lo hizo Singapur. Eso serviría cuanto menos para recordarnos constantemente que lo que hace rico a los países en la era de la economía del conocimiento son las habilidades científicas, técnicas y creativas de su gente, y que sólo se logra con más educación. (Oppenheimer Andrés, Basta de historias).
Éste es el reto de la Nueva Escuela Mexicana; hacer énfasis en el desarrollo de una política educativa de Estado, la cual vaya encaminada a tener escuelas dignas y acordes a los desafíos del siglo XXI, donde la tecnología, la ciencia, los ambientes virtuales de aprendizaje, el internet y las redes sociales, sean instrumentos de trabajo para los docentes pero sobre todo; ayuden a consolidar los aprendizajes de los alumnos dentro de una educación de excelencia y no como una política pública, que sólo se utiliza en los comicios electorales como promesa de campaña. Bajo esta premisa se formuló el Programa Sectorial de Educación 2019 – 2024; que tiene como objetivos prioritarios: Garantizar el derecho de la población en México a una educación equitativa, inclusiva, intercultural e integral, que tenga como eje principal el interés superior de las niñas, niños, adolescentes y jóvenes para promover el bienestar y el desarrollo nacional; garantizar el derecho de la población en México a una educación de excelencia, pertinente y relevante en los diferentes tipos, niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional para favorecer el desarrollo humano integral; revalorizar a las maestras y los maestros como agentes fundamentales del proceso educativo, con pleno respeto a sus derechos, a partir de su desarrollo profesional, mejora continua y vocación de servicio; generar entornos favorables para el proceso de enseñanza-aprendizaje en los diferentes tipos, niveles y modalidades del Sistema Educativo Nacional. Entre otras más, de los cuales se comentará y se analizará con más detalle en otro momento.
Se hace hincapié en que el objetivo de ésta administración educativa es pletórico, no debe quedar como letra muerta, su ideología de excelencia tiene que preocupar y ocupar a todas las autoridades en el país, en el sentido real y sensato de que existen escuelas con demasiadas carencias, las cuales merman significativamente la motivación e interés del trinomio educativo. La apuesta para el presente gobierno y para los futuros secretarios de educación es compleja. Lo importante de un cambio educativo, no son la concepción de nuevos programas y planes escolar, sexenio tras sexenio y, ni la creación de reformas laborales para incidir en el sometimiento o la estabilidad del magisterio; tal y como sucedió en el Pacto por México; con la Ley General del Servicio Profesional Docente, impulsada por Emilio Chuayfett y puesta en práctica por el opresor de los maestros; Aurelio Nuño y, ni tampoco la transformación se llevará acabo con Ley General del Sistema para la Carrera de las Maestras y los Maestros. En esta idea; cito al Dr. Manuel Gil Antón; quien hace una analogía de la reforma educativa comparándola con un autobús destartalado, con el motor en malas condiciones, los asientos rotos, sin ventanas y que circula por una carretera llena de agujeros. Los pasajeros, cansados, deciden hacer algo, y uno de ellos propone que se capacite al chofer, ya que con eso lograrán llegar a su destino. Pero otros se quejan diciendo que, si bien eso ayudaría, también hay que arreglar el motor, las ventanas y la carretera. Es decir, dice el doctor Gil, de nada sirve capacitar a los maestros si no se mejoran las condiciones en que muchos de éstos laboran, si no se invierte en la construcción y mantenimiento de escuelas, especialmente en el área rural, y si no se revisan y mejoran los programas de estudio. (Dr. Gil Antón Manuel; miembro del Sistema Nacional de Investigadores y del Consejo Mexicano de Investigación Educativa)
Debemos reconocer que las reformas educativas implementadas en los últimos años no han solucionado el sinfín de problemáticas sociales. Se requiere tiempo, esfuerzo, compromiso y mucho capital económico; el concepto enseñanza – aprendizaje es enigmático, no sólo se trata de vaciar conocimientos en los estudiantes como ánforas. La educación va más allá de lo que existe dentro de los salones escolares, es crear ambientes de aprendizaje con los limitados recursos al alcance, para que las niñas, los niños y los adolescentes pongan en práctica sus habilidades, sus actitudes y sus competencias en las sociedades cada vez más dinámicas, más globalizadas y más retadoras.
Lamentablemente el futuro nos alcanzó, el coronavirus y esta crisis mundial, nos están mostrando que no contamos con los medios de enseñanza alternativos para todos los lugares en donde existen preescolares, primarias, secundarias y preparatorias. La Nueva Escuela Mexicana, hasta el día de hoy, se ha mostrado parca, todo recae en los mismos contenidos, las mismas prácticas y los mismos recursos de antaño. La mejora del Sistema Educativo Nacional no se soluciona con farmacéuticas, ni con recetas imitadas de otros países, sino con reformas integrales en las cuales las opiniones de los maestros en verdad sean escuchadas y tomadas en cuenta, porqué por lo que se ve; de nada sirvieron los foros nacionales de consulta educativa. Además, se tiene que priorizar el mejoramiento y equipamiento de cada escuela en un sentido amplio, responsable y en congruencia con uno de los principios de la 4T; dar más a quien más lo necesita, sino corremos el riego de seguir en el mismo autobús, en el mismo camino, con el mismo chofer; pero con el uniforme remendado.
Opinión por: Mtro Joel H. Orozco González, ATP de Telesecundaria