Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Tras la pausa obligada por los comicios federales, toca el turno al personal magisterial del país prepararse para la elección de la dirigencia nacional, y aunque no existe de momento fecha fija para ello, la luz verde se aproxima.
Pospuestas las actividades político-sindicales debido al proceso electoral para la renovación del ejecutivo y legislativo de la nación, la propia de la organización gremial pronto se abrirá paso para así conocer a los y las candidatas que, colocados en el arrancadero, velan armas para, con sus apoyadores y aliados, presentarse ante la base.
La reforma que implicó elegir a los representantes sindicales mediante el voto directo de los Comités Ejecutivos no ha alcanzado aún a la estructura nacional, por ello, la expectativa y la incertidumbre de cómo se vivirá a nivel local un procesal de tal naturaleza es motivo de extensas charlas cafeteras por parte de los interesados en dicha dinámica.
En lo doméstico, quizá el inicio de la carrera se dé en los próximos Plenos y Congresos, tal vez, ahí reunidas las representaciones escolares y de centros de trabajo, se empiece a vislumbrar el rumbo que en lo grupal o colectivo se vaya a tomar.
Decantarse en estos momentos por uno u otro proyecto, probablemente sea aventurado, no obstante, las filias, compromisos y acuerdos, sin duda alguna están ya sobre la mesa.
La fuerza y unidad de la estructura magisterial para definir la senda a seguir, será directamente proporcional al resultado del trabajo, de la atención recibida y obviamente, del nivel de satisfacción.
El rumbo a tomar por el SNTE debe ser aquel que no desestime las voces disidentes, aquellas que señalen un cambio necesario en las políticas, las mismas que indiquen las mejores formas comunicacionales y de información, las que promuevan la lucha por las causas.
La contienda está por iniciar.