Por: Rosalío Morales Vargas
Gritos exigen cese tanto agravio,
se cuelan por las grietas de silencio,
animan desandar lo mucho andado
y desprivilegiar los privilegios.
No han descansado del cansancio largo
– memoria y vertedero de recuerdos-
agreste caminar, mas paso a paso,
se ponen al socaire de acres vientos.
Desenvenenan aire envenenado,
al tufo patriarcal le ponen freno,
feminista es la voz que causa estragos,
despierta los conjuros desdespiertos.
La obediencia sumisa causa daños,
las vemos encender indócil fuego;
al autorirarismo dar de palos,
mujeres al asalto de los cielos.
La exclusión extirpar del cruel pasado
y la opresión desoprimir al vuelo,
¿se estará a destiempo y desespacio?
¿Desviolentar violencias es un sueño?