Elecciones en el SNTE

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid

Los vientos de cambio soplan en las dirigencias de las sindicales magisteriales, luego de retrasarse los cambios, todo parece indicar que en las próximas semanas será inminente la emisión de la convocatoria para la renovación de las secciones 8 y 42.

Desde ya, quienes se sienten con posibilidades para acceder a las respectivas secretarías generales están empezando a platicar con gente afín en aras de conformar sus equipos.

En virtud de la reforma laboral, los sindicatos deben de ajustar sus estatutos para hacer efectivo el voto libre, universal y secreto entre sus agremiados, por lo que la próxima elección reviste particular importancia al permitir que todos y cada uno de quienes conforman el sector educativo decidan el rumbo y los perfiles de sus dirigencias.

Desafortunadamente, a la par de que los tiempos se acercan, de la nada, o más bien desde los sótanos oscuros del exilio, han empezado a resurgir siniestros personajes que añoran retomar el control del SNTE impulsando a sus pupilos con la intención de manejarlos hacia sus intereses.

Con el correr de las días, poco a poco serán más evidentes las muestras de intervención de sujetos que en otros tiempos tuvieron don de mando en las secciones y que por su causa el desprestigio de los loables fines de los sindicatos fueron pervertidos por su ambición de poder, por su insaciable hambre de extraer los recursos de los agremiados, por exprimir las prestaciones, por llenarse de privilegios personales y familiares.

Personajes de negros antecedentes perfectamente identificados y ubicados en su justa dimensión por la base magisterial están operando bajo la mesa, ofreciendo las cabezas de sus discípulos a quienes, al hablarles al oído los convencen para que se muestren como alternativa aunque no cuenten con mérito alguno para aspirar a cargo sindical alguno.
La trampa leonera está puesta, sin embargo, olvidan los “reaparecidos” que los tiempos han cambiado, el magisterio Federal y Estatal, activos y jubilados son de buena memoria y fácilmente les recordarán sus tropelías, omisiones y latrocinios.

De verdad hace falta gente limpia, honorable y comprometida para ocupar los distintos espacios sindicales.