Por: Punto…
La irresponsabilidad y la falta de solidaridad de algunos durante el periodo vacacional de Semana Santa, pese a las advertencias de los expertos, ya está teniendo sus fatales consecuencias en forma de un increíble incremento en los contagios y muertes por COVID-19. Sólo en los tres últimos días las autoridades de la Secretaría de Salud han confirmado 863 nuevos contagios (y porque no se hacen más pruebas), 130 fallecidos (51 el miércoles, 47 ayer y 32 hoy) y a ello hay que sumar algunos hospitales ya saturados y otros muy cerca de ello, reviviendo el fantasma de los trágicos momentos sufridos en octubre- noviembre de 2020.
Ante ello, era inevitable que llegaran las medidas. Igual muy tarde. Seguro muy tarde. Y mal, pero llegaron. Este viernes, por ejemplo, trascendió que debido al preocupante incremento de casos a partir del lunes los trabajadores de Gobierno que laboran en las dependencias ubicadas en el edificio Héroes de la Revolución, entre ellos de la Secretaría de Educación y Deporte, dejarán de tener que usar los checadores dactilares de la planta baja y en los que habitualmente tienen que registrar su hora de llegada y salida aplastando su huella.
Sí, aunque parezca mentira, pese a seguir siendo una de las principales fuentes de transmisión, hasta el día de hoy lo tuvieron que hacer. Afortunadamente, las cabezas pensantes decidieron, tarde, muy tarde, que a partir del lunes estos checadores sean cancelados. Al principio de la pandemia, allá por marzo de 2020 se tomó una medida similar de cancelar los checadores, pero claro, la cosa mejoró un poco, se echaron las campanas al vuelo y pues volvamos a exponer a los empleados, más vale tenerlos controlados que seguros, debieron pensar algunos.
Pero que esto no haga a nadie llevarse a engaño, ya que no es oro todo lo que reluce ni la comprensión ni la lógica termina de imperar. Apenas algunos brotes verdes dirían los especialistas en pandemias.
Y es que hace apenas unos días desde la SEyD se emitió un oficio obligando a todos sus empleados “sin excepción”- enfatizan este inciso los informantes- estaban obligados a acudir a trabajar. Si ya de por sí resulta preocupante este tipo de órdenes y actitudes, mayor insensibilidad demuestra el hecho de que la instrucción se circulara después de que hubiera algunos casos de empleados mayores de 60 años –ante el incremento de contagios, que pertenecen a un grupo de riesgo y que sólo han recibido la primera dosis de la vacuna- solicitaran permiso a sus superiores “para no venir y les dijeron que no”.
Por si fuera poco, todo esto tiene lugar en medio de fuertes rumores de la existencia de varios contagios en la dependencia, ahora en el tercer piso, mientras en el cuarto aseguran que en el área de Recursos Humanos Magisteriales -donde hace un par de semanas se confirmó un brote de al menos cinco casos, entre ellos el encargado del departamento, Martín Balderrama- si bien ya se ve más personal, aún no regresaron todos.
Además con anterioridad ya se confirmaron casos y contagios en la Subsecretaría de Educación Básica, el Departamento Administrativo del Nivel Primarias y en Vinculación con Sectores.
Y es que la verdad, a veces pareciera que las dizque “autoridades” no sólo no entienden, sino que, lo más grave, no atienden las indicaciones que hacen los doctores y responsables del propio Gobierno del Estado. Entraron las prisas, ésas que dicen que no son buenas compañeras.
Y pensar que en sus manos está el retorno de alumn@s y maestr@s a clases presenciales…
