Chihuahua, Chih.- (Boletín oficial de la Conagua) En respuesta a señalamientos hechos por productores agrícolas de Chihuahua, quienes sostienen que en 2017 se extrajeron más de 1,200 millones de metros cúbicos (Mm3) de agua de las presas ubicadas en ese estado, la Comisión Nacional del Agua (Conagua) aclara lo siguiente:
Los 1,200 Mm3 señalados resultan de la suma de:
1.Derrame de la presa “Las Vírgenes”: 387 Mm3.
2.Extracción de la presa La Boquilla: 133 Mm3.
3.Extracción de la presa “El Granero”: 691 Mm3.
Sin embargo, el agua derramada y extraída de las presas “Las Vírgenes” y La Boquilla desemboca en la presa “El Granero”. Es decir, es erróneo sumar estos tres volúmenes, ya que es la misma agua y no se debe contabilizar dos veces. Por ello, lo extraído de la cuenca del Río Conchos corresponde únicamente a los 691 Mm3 que se extrajeron de “El Granero”, que es la presa que desemboca al Río Bravo.
Cabe señalar que estos derrames y extracciones se realizaron como medidas necesarias para el control de inundaciones, debido a las intensas lluvias que ocurrieron ese año en el estado.
Si bien el Tratado establece que sólo una tercera parte de los 691 Mm3 se debía emplear para su cumplimiento (33.3%), para disminuir el retraso en las entregas y por las intensas lluvias, se incrementó a 50% la entrega del 20 de agosto al 30 de septiembre. Como resultado, en lugar de contabilizarse 230 Mm3 para el cumplimiento del Tratado, se contabilizaron 293.9 Mm3 y el resto se destinó a garantizar el derecho humano al agua y las actividades productivas de las cuencas media y baja del río Bravo, incluida la agricultura.
En lo que respecta al actual ciclo agrícola, la Conagua concluyó el pasado 24 de agosto la entrega al 100 por ciento del agua de riego en las presas Francisco I. Madero (también conocida como Las Vírgenes) y Luis L. León (El Granero). De La Boquilla, únicamente falta por entregar el 13.8 por ciento de los 962.7 Mm3 que fueron autorizados para el Distrito de Riego 005.
El Gobierno de México seguirá actuando con apego a criterios técnicos y legales, con el firme propósito de garantizar la continuidad de las actividades productivas en todas las cuencas —incluida la del Conchos—, la protección de las personas y su patrimonio, así como la seguridad de la infraestructura hidráulica.