Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Si no se definen ciertos detalles para el nuevo proceso de Admisión para la educación básica del ciclo 2020-2021, se estará gestando, a mi parecer, una gran injusticia para muchos maestros que resultaron idóneos tras la convocatoria del ciclo que está por concluir.
Si recordamos, las conformación de las “listas de prelación” del año anterior fueron, por decir lo menos, polémicas, ya que la ubicación de los jóvenes docentes se revistió de inconformidades, quejas y denuncias obligando a una revisión puntual a los autoridades; fue un caos total.
Haber conformado inicialmente los grupos A y B para después “reajustarlos” habiendo ofrecido ya espacios docentes, trajo consigo un sinfín de injusticias para muchos y muchas atribuible esto exclusivamente a los responsables de la elaboración de dichas listas y de las respectivas asignaciones.
Pues bien, menciono que si no se prevé lo necesario, las injusticias para varios de los maestros y maestras recientemente egresados y con resultado óptimo en el ciclo escolar pasado, seguirán sufriendo de injusticias con todo lo que esto implicaría ya que la norma indica que su resultado es válido hasta el 31 de mayo, sin embargo, dada la contingencia que nos aqueja, todos los procesos están detenidos.
Lo anterior obliga entonces a que el plazo de “validez” para estos maestros y maestras deba extenderse, mínimamente, los mismos días o semanas en que los procesos fueron suspendidos; así, solo así se les estaría haciendo justicia, al menos un poco.
El espíritu de la nueva legislación en materia educativa es brindar equidad e igualdad pero sobre todo re valorizar la función docente, quizá esta sea una buena oportunidad para que la autoridad educativa de Chihuahua retome esos valores y los vuelva una justa realidad.