- Ante nueva realidad originada por el coronavirus, la Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas acerca apoyos alimentarios y ofrece alternativas en la atención de la violencia familiar
Chihuahua.- La Comisión Estatal para los Pueblos Indígenas (Coepi) trabaja intensamente en favor de los pueblos originarios de las ciudades y la sierra, adaptando el presupuesto a la nueva realidad que se vive por el coronavirus, a través de apoyos alimentarios, entrega de despensas, empleo temporal y atención a la violencia doméstica.
“La pandemia del coronavirus nos obligó a adaptarnos a la nueva realidad con las comunidades indígenas, para poderles brindar apoyo alimentario, entrega de despensas, atención con empleo temporal y con la red de mujeres con temas contra la violencia doméstica”, aseguró Teresa Guerrero Olivares, titular de la Coepi en su participación en el programa Saludable Mente.
Guerrero Olivares, señaló que cuando hay situaciones de emergencia, la capacidad de adaptación colectiva permite hacerle frente a la adversidad, y esto es lo que ha venido haciendo la Coepi para atender a las comunidades indígenas que viven tanto en las ciudades como en la Sierra Tarahumara.
Este jueves el programa abordó el tema: “Pueblos Indígenas: Avanzando juntos como hermanos”, con la participación de representantes de la Red de Mujeres Pakotami tibua’mí, la comunidad mazahua y rarámuri, en la ciudad de Chihuahua, del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, y la Coepi.
Durante su intervención los invitados coincidieron que la falta de un ingreso, ya sea por la pérdida del trabajo o la nula venta de sus productos, ha sido el principal problema que han enfrentado los pueblos originarios en esta pandemia por COVID-19.
También coincidieron que los apoyos que el Gobierno del Estado les ha brindado a través de dependencias como la Coepi, les ha permitido hacer frente a la contingencia sanitaria.
“La principal problemática a la que las comunidades indígenas se han enfrentado en esta pandemia es a la falta de empleo, de educación, de internet, y al aumento de la violencia intrafamiliar”, aseguró Liliana Palma Loya, de la Red de Mujeres Pakotami tibua’mí.
“Ha sido muy difícil y frustrante para algunas madres de familia de la comunidad. Pese a ello, algunas han recibido apoyos económicos y en despensas, aunque no alcanza para todos”, precisó Palma Loya.
Estela García Barrera, de la comunidad mazahua, en la ciudad de Chihuahua, indicó que la pandemia ha sido difícil, ya que las ventas de artesanía y productos que realizan en las calles cayeron significativamente, afectando la economía familiar.
“Hemos recibido apoyos de las dependencias de Gobierno del Estado, para poder sobrellevar este problema” agregó García Barrera.
A su vez, Reyna Durán Morales, gobernadora rarámuri (Siriame) de la colonia Ladrillera Norte, en la capital del estado, dijo que la pandemia afectó mucho a su comunidad, porque muchas personas fueron desempleadas.
“Es muy triste ver a las familias que no están trabajando, sin apoyo económico, y más cuando van a iniciar las clases de nuestros hijos; aunque hacemos lo posible por ayudar a otras familias”, mencionó.
Marco Vinicio Morales Muñoz, experto en antropología e investigador del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología, dijo que los pueblos indígenas han sufrido la pandemia al igual que el resto de la población, “se han registrado 53 personas que han dado positivo al COVID y 25 fallecimientos, en el estado”.
Dijo que las acciones realizadas por parte del Gobierno del Estado, como la entrega de paquetes alimentarios, kits de limpieza, materiales informativos sobre la pandemia en lengua rarámuri y ódami y la oferta de empleo temporal, les ha permitido a estas comunidades adaptarse a la nueva realidad y enfrentar la adversidad ante el coronavirus.