Por: Mariela González López
Quiero dedicar estas palabras a mi sobrino que murió en un accidente carretero en la zona occidente del país, palabras que ahondan mi sentir en su partida al sendero, donde descansa su alma. Lo recordamos con alegría, porque su presencia en esta vida armonizo en cada instante de convivencia, hizo vibrar el corazón, crecer el cariño y respeto a su persona. Un joven que amaba la música, su guitarra, novia, a sus padres y hermanos en primer lugar. Se ha ido una parte de la familia que inundaba de amor, con su voz de artista grupero, ranchero y de corridos. Donde deleitaba el toque de su guitarra con sus largos dedos, sus pies y su boca. Revoloteando sus sonrisas en cada fiesta en la que cantaba para los invitados, suspiraban muchas damas, y enloquecía a los danzantes en una pista de baile y amigos en su andar de la banda. Te has ido con respeto y admiración, porque siempre hiciste lo que tu querías apreciable y querido sobrino. Tuviste a tus padres a Lety que te amaban, y te esperaban cada día a tu regreso a casa.
Haz dejado huella en este mundo a tu corta vida, el espacio de alegría, tus canciones, tus gritos, palabras, y tus escuchas que brindaste en 20 años de vida en este mundo terrenal a cada uno de los que conviviste. Dejaste a muchos que te amábamos, tíos y amigos que daban mucho por ti, a tus abuelos que amabas y deseabas todo lo mejor para ellos. Tus hermanos que te admiraban de cómo te desenvolvías y querían ser como eras. Querido sobrino, el recuerdo de tu presencia nos lleva al crecimiento del amor a las personas, el prosperar y de la mente. Tu partida dolió, porque fue repentina tu muerte, tu presencia la tendremos en nuestras mentes con gran felicidad y cariño. Fuiste un hombre feliz que te mantuvo fuerte y valiente, las dificultades las supiste enfrentar, porque tuviste buenos padres, y tu exito te hizo brillar. Tuve la dicha de tener un sobrino como tu. Descanse en paz Hector David Rodríguez González, te llevaremos en nuestros corazones, con respeto a tu muerte, tu tia.