Mi apoyo incondicional a la Maestra Koryna Bañuelos

Por: Profesor Juan Carlos Orozco Andrade

En días pasados se dio una noticia bajo el escandalo y sin importar escuchar las versiones de una manera seria y formal se señala a una compañera orientadora de la secundaria 3024.

Lamentablemente esto ha sido recurrente en todas las escuelas de nivel básico de nuestro estado. Las maestra y maestros viven de manera constante en la incertidumbre jurídica, administrativa y social por la constante campaña que emana desde el propio gobierno del estado que se ha encargado de ser permisible en la relación de alumnos y padres con la escuela pública. Esto ha llevado a la perdida de valores dentro de las instituciones educativas por que no existe el respeto al noble trabajo del y la docente.

Los padres y madres de familia no toman a la escuela como su aliado para formar a sus hijas e hijos, al contrario; señalan al personal magisterial como flojos y no entienden lo difícil que es “contener” por hora clase las faltas de respeto, agresiones y ausencia de trabajo de sus hijos (No en todos los casos, pero si en su mayoría).

De manera general se está dando una campaña para que la escuela pública sea vista como la culpable de los problemas sociales de nuestro país y es muy poco o nulo el apoyo que se recibe de la autoridad educativa. Incluso, cada curso o platica promovido desde la secretaria de educación y deporte de gobierno del estado va en el sentido de limitar las funciones del docente e incluso a la amenaza de ser corrido.

En el caso que hago mención, la Maestra Coryna no recibió el apoyo y sustento a su situación, se permitió que padres de familia acusaran con inexactitudes o mentiras a la compañera. Sin haber tenido relación alguna con la situación que se le acuso, se cuenta con video grabaciones de la nula interacción de la maestra con las alumnas.

Todo recayó en ella por no permitir que una persona se llevara de la escuela a dos alumnas sin identificarse plenamente como familiar, por seguridad de las alumnas y acatando el interés superior de la niñez solicito el apoyo de seguridad pública y con un comportamiento cerrado los agentes atinaron cuestionar a la maestra y no a la persona que negó identificarse.

Es necesaria la fraternidad y empatía entre todas y todos los trabajadores de la educación, no dejar solo al compañero que sufre de estas situaciones. Muy poca solidaridad se da entre los trabajadores de la educación actualmente. Unidas y unidos lograrían grandes mejoras para su situación laboral y ante la sociedad.