El laberinto de la precariedad

Por: Profr. Eliud Salinas

Actualmente ser maestro y maestra es luchar todos los días, luchar pedagógicamente por la vida y por dignificar nuestra actitud política. Por desgracia, el costo de los alimentos, las tarifas de agua, luz y renta impiden el cumplimiento de nuestros deseos y el costo de la vida nos esclaviza al gran capital. Los salarios de maestros y maestras estatales se pierden en el laberinto de la precariedad, como trabajadoras y trabajadores mareados por el tufo a miseria de nuestra cotidianidad solo vemos barreras ante nuestras condiciones de vida.

El estado de Chihuahua empareja muchos de sus precios con el Imperio Estadounidense, preso de la desregularización de mercado, así la labor de un o una profesional de la educación no vale nada, por lo que sometidos a una cadena de competencias por mejoras salariales se nos convoca a pelear de manera interna unos contra otros alimentando nuestra cólera por el bajo salario con un despilfarro de valores carentes de consciencia colectiva.

El sueldo percibido por las nuevas generaciones de maestras y maestros estatales oscila en un promedio de 9000 pesos al mes, lo que no alcanza ni para sobrevivir. De esta manera, el olvido a la enseñanza manifiesta su aterrizaje neoliberal cada quincena, los costos de salud y ansias de capacitación nos llevan a gastar los pocos centavos que adquirimos fruto de nuestro trabajo. Sabemos que no somos el único gremio afectado por los golpes del capital, hacer más con menos es la clave; explotando a través de las relaciones de trabajo con la burocratización del acto educativo como sello represivo.

Acomodados en los lujosos privilegios que otorga una cúpula sindical hay quienes viven de prebendas e hipotecas morales por un sueldo superior al promedio o ciertas dispensas simbólicas y de gestión a los que son acreedores.

La lucha es de todas y todos en todas las escuelas por todos los rincones del país, los salarios para la clase trabajadora deben mejorar, hoy la mejor muestra de educación política se hace desde las aulas y siendo fuertes en las calles.

Culturalmente necesitamos un giro, ser solidarios e incomodarnos con lo vacío de nuestro bolsillo, de paso y como parte del proceso renunciar al consumismo y a la pasividad sindical, alzar la voz es una urgencia. Por ello, desde muchos rincones del país nos sumamos a la demanda de la Sección 9 de la ciudad de México, los abrazamos en esta digna lucha que no debe claudicar hasta vencer. Desde Parral, Chihuahua exclamamos sumados a muchas voces, AUMENTO SALARIAL O PARO NACIONAL.

¡Gobierne quien gobierne los derechos se defienden!

¡Aumento salarial o paro nacional!