Becas… la insultante convocatoria

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid 

Es común denominador el escuchar a los encumbrados funcionarios o a los políticos en campaña mencionar la importancia, la trascendencia de la función magisterial y la imperiosa necesidad de reconocer su invaluable aportación a la vida educativa, social y económica, no obstante, el eco de sus frases y palabras vacías resuenan con estruendo ante la innegable hipocresía de la realidad.

La Ley para la materia educativa y su ente regulador, la USICAMM, mandatan la publicación de al menos dos convocatorias al año  para promoción horizontal y/o reconocimiento para los y las docentes, sin embargo, burdamente por solo cumplir con la normativa, se está convocando en estos momentos a participar en el proceso de Beca Comisión para ser otorgado a la ridícula cantidad de ¡8 maestras y maestros que quieran estudiar maestrías o doctorados! De un universo de, sin tener el dato preciso, 60 mil educadores y educadoras. 

Una burla, no puede llamársele de otra forma, increíble la manera en que, en los hechos, la autoridad dice cumplir con los preceptos legales a que está obligados; es aquí donde las lacerantes verdades desnudan a los sempiternos voceros de la revalorización magisterial, es con esto como se demuestra con hechos que lo escrito en papeles o expresados detrás de un micrófono o un ordenador para agradar los oídos de las audiencias retratan de cuerpo entero la simulación y el engaño. 

Ofrecer escasas, casi nulas posibilidades de preparación y capacitación al magisterio de todo el Estado en sus distintos niveles y modalidades refleja una filosofía, una ideología poco favorecedora para quienes les está encomendado el sublime arte de la enseñanza. Por demás Insultante el ofrecer escasos 5 espacios para los docentes federales y 3 para los estatales; la inequívoca señal es:  no valen la pena ni el gasto. 

Pero eso sí, hay que prepararse para estas próximas etapas de informes, de rendición de resultados, de precampañas y campañas políticas constitucionales en donde sobrarán los benévolos adjetivos hacia el magisterio y sus actores, donde se tratará de nuevo de endulzar sus oídos, en los que, a los cuatro vientos mencionarán los términos de justicia y revalorización; que siga prevaleciendo la mentira y la falsedad. 

Se necesita mucho más que discursos, se requiere en verdad empatía y plasmar con hechos lo que pretenden transmitir mediante insulsos comentarios al vapor. Toparse con gente pensante, preparada y capaz, a los poco pensantes, impreparados e incapaces les aterra.