Conoce la voz al otro lado de la línea 911; Heroínas y héroes que ayudan a salvar vidas en cada llamada

– Son heroínas y héroes comprometidos para brindar auxilio a los cientos de chihuahuenses que solicitan auxilio

Chihuahua.- Trátese de una necesidad médica, seguridad pública o un accidente vial, las treinta mujeres y tres hombres que componen el equipo 9-1-1 del municipio, están siempre dispuestos a brindar la mejor atención a las y los miles de ciudadanos que atraviesan por una emergencia y quienes, en la mayoría de los casos, sienten alivio y tranquilidad al saberse escuchados por la persona que está al otro lado de la línea, mientras llega la ayuda.

*Operadora*: 9-1-1. ¿Cuál es su emergencia?
*Ciudadana*: Señorita, hay un hombre sospechoso caminando detrás de mí y no parece amigable. A pesar de ser una zona transitada, quiero prevenir cualquier incidente, por eso me comunico con ustedes.
*Operadora*: ¿Puede por favor proporcionarme la ubicación donde se encuentra?
*Ciudadana*: Sí, estoy en un parque de las avenidas Donato Guerra y viaducto Moctezuma, vengan pronto, por favor.
*Operadora*: ¿Cuáles son las características de la persona sospechosa y vestimenta?
*Ciudadana*: Trae sudadera amarilla y pantalón negro, alto, blanco y delgado.
*Operadora*: Le pido guardar la calma y no caminar en callejones ni áreas desoladas, acérquese a las demás personas o en algún establecimiento seguro. Su reporte ha sido enviado a la autoridad correspondiente. Permaneceré en la línea con usted para brindarle más tranquilidad.

Así como este ejemplo de llamada de emergencia, diariamente se reciben cientos de ellas, por múltiples causas en el Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata 9-1-1, de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, donde verdaderas heroínas y héroes realizan el primer contacto y soporte psicológico para quienes se encuentran en situación de riesgo.

Detrás de las cuatro paredes que encierran a este equipo de profesionales en la Comandancia Norte, existe una gran responsabilidad y el gran compromiso de ser ellos quienes recibirán el primer golpe, la angustia, miedo o ansiedad de quienes desesperadamente piden ayuda a través de la citada línea. El estrés al que se enfrentan representa una batalla diaria, al lidiar con situaciones difíciles y complejas donde ellos son los principales mediadores, en tanto la ayuda va en camino.

Tan sólo de mayo a la fecha se contabilizaron cerca de 43 mil llamadas falsas o improcedentes, tales como mudas, de broma, equivocadas, colgadas u obscenas.

Bertha Alicia Vargas Rodríguez, encargada del Centro de Emergencias y Respuesta Inmediata 9-1-1, de la Dirección de Seguridad Pública Municipal, cuyas actividades consisten en la coordinación general de la recepción de las llamadas, el seguimiento de eventos y el registro y transmisión de la información, hacia el proceso de despacho, refiere que las y los operadores son el primer respondiente ante cualquier incidente, sea policial, médico, de Bomberos, atención psicológica, Guardia Nacional, SEDENA o dirigido hacia la agencia investigadora.

Algunos de los talleres en que las y los operadores son instruidos son: formación del personal operativo de la línea de emergencias, conceptos básicos para responder llamadas, manejo de estrés, orientación telefónica a mujeres y víctimas de violencia de género, inducción a la igualdad entre hombres y mujeres, así como atención telefónica para personas de la diversidad sexual y afectiva, modulación de la voz, mística nacional, primeros auxilios, taller de ortografía y redacción.

“Las llamadas más recurrentes que entran a la línea de emergencias son por violencia familiar, accidentes viales, allanamientos de morada, portación de arma de fuego o blanca, alteración del orden público, entre otros. Además, para brindar un servicio de calidad a la comunidad, se capacitan constantemente, en base a las necesidades de los ciudadanos, siempre basados en las Normas del Centro de Emergencia y Respuesta Inmediata a nivel nacional”, agregó Bertha Alicia, quien relata una de sus tantas experiencias como operadora.

“Recuerdo una llamada que me marcó enormemente. Hace mucho tiempo, una menor de 16 años había sido privada de la libertad cuando tenía 15 y el sujeto que la tenía encerrada la comercializaba con hombres, posteriormente ella se embarazó y perdió a su bebe, la tenía encerrada en un cuarto trasero de una propiedad. Ese día el sujeto se puso ebrio, dejó la puerta abierta y ella salió corriendo. En el camino encontró un teléfono público y se comunicó al 9-1-1, justo conmigo, se encontraba totalmente desorientada y después de varios minutos llegó la unidad, y efectivamente, al indagar, descubrimos que la adolescente tenía una alerta Amber desde hacía un año”.