Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya
“La tolerancia llegará a tal nivel, que las personas inteligentes tendrán prohibido pensar, escribir* para no ofender a los imbéciles”. Dostoyevski.
A 54 años del crimen perpetrado por el Estado mexicano en contra de miles de jóvenes que acudían a un mitin en la Plaza de las Tres Culturas a un costado del colegio de la Santa Cruz de Santiago Tlatelolco en la Cd. de México. Surge el porqué de los agravios y el porqué de la masacre.
Por lo anterior, es necesario retroceder al pasado para que en un análisis de sus reminiscencias nos aporte elementos y observemos con actitud crítica su impacto en el quehacer cívico-político cotidiano de la compleja y desigual sociedad mexicana.
Este hecho histórico, es sin duda, el gran parteaguas que marca un antes y un después. Es, también el inicio del resquebrajamiento de la línea imaginaria impuesta por un partido político (PRI) que, se convirtió en dictadura se adueñó del país y corrompió hasta la médula a sus instituciones. Partido pútrido que avaló el crimen cometido por Díaz Ordaz de mote bien reconocido como la “hiena de Tlatelolco”. Agrupación política que a 54 años del sangriento acontecimiento esta por desaparecer y, aún sigue sin reconocer su culpa de tan abominable acto. Agregaré como colofón un clamor popular… “sí, sí que se vayan…al paredón; pero que antes regresen lo robado”.
2 de octubre y su legado. Tal vez, a los jóvenes de hoy, poco les interesa o les diga algo esta fecha pero, para la juventud del pasado hoy vieja retaguardia significa; nuestra consecución y proyecto de vida y obra. El movimiento estudiantil del 2 de octubre fue de tal impacto que afectó y cambió la antigualla filosofía y fisonomía política agresiva y antipatriótica de la “dictadura perfecta” según Vargas Llosa.
La visión de partido único se empieza a desvanecer, (1970) no tanto por el interés de la clase política corrupta empoderada, sino por la presión ejercida por la juventud rebelde y la visión desfavorable que tenía México de corrupto y antidemocrático en la mayoría de los países del mundo.
Con una población de un poco más de 50 millones de habitantes, en nuestro país se empiezan a ver a mediados de los 70s notorios cambios construidos por los mexicanos con conciencia de clase en total adversidad. La disidencia, las voces, las luchas desde abajo y por la izquierda llegarían a transformar a nuestro México en un país más democrático. Lo anterior no fue gratuito, miles de asesinatos, desaparecidos por un gobierno de terror cuasi militar encabezado por el PRI y poderes fácticos (PAN y extrema derecha). Ese fue el costo que pago la juventud asesinada en la Plaza de las Tres Culturas. El México de hoy, es la herencia y el resultado de esas luchas.
Compartiré algunas cosas que los jóvenes de hoy no ven y que era parte de vida cotidiana de los mexicanos jóvenes del ayer y que gracias a estas luchas hoy no vemos o tal vez no queremos ver.
1.- Ser joven y aparte estudiante en ese tiempo era peligroso, eras carne fresca para la represión.
2.- Un clima totalmente antidemocrático. Las elecciones era un total fraude; siempre ganaba el PRI.
3. La propaganda priista antes de las elecciones y el día de las mismas cubría totalmente pueblos y ciudades. Parecían “fiestas de Rancho”. Miles de fotos con la cara y sonrisa estúpida del candidato.
4.- Había muy pocas escuelas de Secundaria y de Nivel medio superior. Pocas universidades. Para los jodidos o pobres no había opción para estudiar. Muy pocos tenían (amos) acceso a estos niveles educativos.
5.- El “Gran Tlatoani” presidente de la Republica era considerado un dios. Nunca se equivocaba y, el primero de septiembre día del informe no había tal. Había aplausos. La clase política que gobernaba (el PRI) rendía pleitesía e hincados quemaban incienso y lamian los pies del Gran Tlatoani.
6.- -No había empleos para los jóvenes y, los pocos que había pagaban -(como hoy)- un salario miserable.
7.- Las voces discordantes, disidentes que luchaban contra la opresión y la represión si eran aprehendidos sufrirían: cárcel, fierro, entierro o destierro. No había libertad de expresión.
8.- La gran mayoría de los medios de información (chayoteros) estaban al servicio del PRI gobierno. Pocos eran los que se atrevían a informar con veracidad.
9.- El sindicalismo corrupto tenía el control total de los trabajadores, Auténticos delincuentes se convertían en líderes sempiternos que con horca y cuchillo sometían a empleados públicos, obreros y campesinos.
10.- La corrupción, el robo y el enriquecimiento ilícito era el actuar diario de la clase política priista.
Este comparativo podrá servir a los jóvenes de hoy. Si se considera que nada ha cambiado es deber de la juventud actual hacerlo. “Es deber de la juventud hacer la revolución” Arturo Gamiz.