Por: Mariela González López
El rezago educativo se ha incrementado a raíz de la Pandemia del COVID-19, la falta de asistencia del estudiantado a la escuela, de empleos y de necesidades básicas de la familia de estos, altas expectativas y responsabilidad de los tutores. Son muchos los factores del rezago educativo y la deserción de niños y niñas en educación básica. Siendo un hecho que poniendo un seis de calificación a los que no asistieron a la escuela estos años, no va a remediar las problemáticas que se aúnan a este rezago educativo, como la violencia infantil y adolescente, la alfabetizaci´pn y el desarrollo integral de los mismos.
Hoy mas que nunca los docentes están preparados para trabajar con esta problemática y sacar adelante a todos los niños de bajo nivel educativo. Sin embargo, debe ser bien planeado y ordenado para abordarlo. El rezago educativo trae consigo problemas psicológicos, emocionales y problemas de aprendizaje, en la que el docente tiene competencias para abordarlos y sino para referenciarlos. Hablar de rezago es planear en la escuela y requiere de comprometerse los docentes, las familias de estos niños y niñas, para llevar a cabo una intervención pedagógica ordenada, respetando los ritmos de aprendizaje de cada uno.
El rezago educativo se debe comenzar de quien va a llevar a cabo este programa; motivar al estudiantado a que siga aprendiendo, trabajar el optimismo, actitudes, emociones, que aprenda a leer y escribir, desarrolle habilidades básicas de pensamiento, comunicativas, y de pensamiento matemático, para abordar temáticas con mayor grado de dificultad que concierne aprender a cada estudiante según su grado educativo. Para que se recupere un estudiante con rezago educativo, se necesita un mínimo de seis meses sin parar el programa y sin inasistencias. Por ultimo, mi recomendación para las autoridades educativas es incentivar económicamente a cada docente que tiene estudiantes con rezago educativo cuando se logre mejoras significativas en cada uno de ellos.
¡Hasta pronto y lindo día!
