El cáncer de nuestra sociedad

Por: Profr. Eduardo Del Val. Maestros Estatales Jrz

Sin duda alguna la clase política es y seguirá siendo el cáncer de la sociedad, ya que ellos en los diferentes espacios políticos o gubernamentales son los encargados de planear, programar, administrar y ejecutar aquellas acciones que conlleven a una buena organización del gobierno en beneficio de la sociedad, también está la otra clase política (diputados y senadores) que son los encargados de estudiar la problemática social, para hacer y aprobar leyes que garanticen una mejor equidad social y gubernamental.

Hasta la fecha hablando propiamente del gobierno del estado de Chihuahua y del Congreso, en estos dos últimos periodos de gobernabilidad, que más propiamente, se le diría de ingobernabilidad, el Congreso ha dictaminado una serie de leyes y reformas que han llevado a la quiebra al mismo gobierno de Chihuahua como también a muchas instituciones y dependencias del gobierno, poniendo en jaque sus finanzas públicas.

Se les ha permitido impunemente por parte de todos los partidos políticos ir aniquilando poco a poco la seguridad social y de salud de muchos Chihuahuenses, ya que los cambios y reformas han perjudicado a una gran parte de trabajadores y jubilados y con sus erradas enmiendas han permitido la corrupción, el robo, la impunidad y el descaro de muchos funcionarios y políticos que se han enriquecido ilícitamente.

Desde el gobierno de Cesar Duarte hasta el actual gobierno, no ha habido ninguna sanción judicial o penal que lleve a la cárcel a todos aquellos actores u operadores políticos que han negociado tras bambalinas el desastre económico en que está sumido el estado de Chihuahua.

La clase magisterial estatal está sufriendo en carne propia estas reformas a la Ley de Pensiones Civiles del Estado y a la mal llamada Reforma Educativa ya que se perdieron muchas garantías y beneficios laborales y con ella también se les dañó y se quebrantó las finanzas públicas del instituto de salud, poniendo en riesgo el pago a los jubilados y pensionados.

Desgraciadamente no ha habido una buena dirigencia sindical, que vele y peleé por los intereses y garantías laborales de sus agremiados, al contrario han solapado, votado y violentado sus garantías laborales y sus derechos humanos, ya que han negociado estas garantías perdidas por espacios políticos y cupulares, enriqueciéndose ilícitamente con los recursos económicos que llegan a la Sección 42, tanto René Frías como Ever Avitia y el Comité Seccional son y han sido los únicos culpables de que los maestros y maestras estén viviendo una profesión sin futuro económico y sin garantías sociales en un ambiente de incertidumbre total.