Ciudad de México. Frente a las dificultades económicas y salariales de la mayoría de los reporteros en el país, el presidente Andrés Manuel López Obrador estudia destinar un porcentaje del gasto de publicidad gubernamental para integrar un fondo “que permita a los periodistas tener garantizado el derecho a la salud y a su pensión”.
En su conferencia matutina, el mandatario expuso que enfrenta una campaña mediática de fondo, “ni siquiera es un asunto personal o periodístico, es una disputa por la nación. Es una lucha de poder entre dos concepciones distintas”.
De la revocación de mandato recomendó “que no haya ningún acto de apoyo, que mejor como ciudadanos libres, independientes, participen el día 10” de abril. Y enseguida apuntó al Instituto Nacional Electoral (INE) porque sólo instalará 30 por ciento de las casillas (55 mil de un total de 175 mil), y “lo están haciendo todo a regañadientes, no lo hacen con gusto, no les causa placer la democracia”.
Así destacó la recomendación a participar en el ejercicio de revocación, porque “el que quiere ser libre, lo será. Entonces, si hay que estar desde un día antes, hay que estar. Siempre hemos luchado en contra de la corriente, estamos enfrentando al INE, parece mentira”.
Se le preguntó sobre la situación de los auténticos reporteros: “Nosotros estamos pensando en algo. Para no plagiar la idea, un periodista, Rubén Villalpando (corresponsal de este diario en Ciudad Juárez), me hizo una propuesta. Tiene una iniciativa: entre otras cosas, propone que destinemos un porcentaje del gasto de publicidad del gobierno para un fondo que permita que los periodistas tengan garantizado el derecho a la salud y creo que también a la pensión. Y a lo mejor lo vamos a hacer. En eso nos podrían ayudar los dueños de los medios, el que aporten algo para los periodistas que ganan muy poco”.
De la disputa por la nación que advierte, desglosó las concepciones que –a su juicio– están en pugna: “la nuestra es que el poder sólo tiene sentido y se convierte en virtud cuando se pone al servicio de los demás; y la de ellos es acumular dinero por los medios que sean, sin escrúpulos morales ni de ninguna índole, y actuar de manera clasista, racista, discriminatoria”.
Reiteró su crítica al sector empresarial que promueve a informadores, a quienes convoca o engancha y los vuelve “mercenarios, para hacer investigaciones en contra nuestra, en contra de nosotros. El propósito es dañarnos; nada más que no lo han logrado ni lo van a lograr”.
López Obrador hizo un repaso de los temas que le han ocupado en las semanas recientes. Acerca del financiamiento estadunidense a la organización Mexicanos Contra la Corrupción y la Impunidad, de Claudio X González, externó: “lamento mucho que el gobierno de Estados Unidos no cambie su política exterior, que siga practicando la misma de hace dos siglos”. E hiló el intervencionismo del primer embajador plenipotenciario de aquel país en el nuestro, Joel R. Poinsett con los dichos del senador republicano por Texas, Ted Cruz: “Qué tiene que meterse. Yo les diría a los estadunidenses que consideren a ese señor como un metiche que está auspiciando la discordia, a mis amigos estadunidenses, a nuestros paisanos, pues que no le tengan confianza a este señor Ted Cruz, porque es chueco. Así de claro”.
También se dio tiempo de responder preguntas como la siguiente:
–¿Usted ve también la guerra híbrida en contra del gobierno de la 4T?
–Sí, es una especie de golpismo mediático. Imagínense, hay políticos, mujeres, hombres, que nosotros les dimos la oportunidad. Yo soy responsable, soy culpable, porque los invitamos a participar y sin nada, sin haberles hecho nada traicionaron al movimiento.
La Jornada.