¿Y usted, bebe agua robada?

Por: Víctor M. Quintana S.

Comer es un acto político, es un slogan muy cierto. Ahora puede decirse que hasta beber agua embotellada se convierte en un acto de impacto social y político.

En primer lugar, porque las marcas de agua natural embotellada pertenecen a otras tantas empresas trasnacionales de la industria de alimentos: CIEL (Coca Cola); ELECTROPURA (Pepsico) y BONAFONT (Danone). Entonces, al consumirles a ellas contribuimos al enriquecimiento de esas grandes compañías extranjeras, que sacan buena parte de sus ganancias fuera de nuestro país. El precio al que compramos el vital líquido a veces supera hasta en un 400 por ciento el costo de producción. (extracción).

En segundo lugar, porque el costo ambiental de las botellas de plástico es enorme para nuestro planeta. Para producirlas y para desecharlas se emplea mucha energía fósil y generan residuos tóxicos que a final de cuentas se van a acumular a nuestros cada vez más contaminados y sobrecargados océanos. De eso hablaremos en una posterior colaboración.

En tercer lugar, y este es el meollo de este artículo, porque la fuente del agua que compramos, el origen, muchas veces es, cuando menos dudoso, si no abiertamente ilegal o antiético. Es el caso del agua Bonafont, que viene de muy mala fuente, por paradójica que resulte la marca.

Esta marca, propiedad de la multinacional francesa Danone, es extraída y embotellada en la comunidad de Santa María Zacatepec, en el municipio Juan C. Bonilla, cercano a la ciudad de Puebla. Está en el centro de la Cholulteca, región habitada por varias comunidades nahuas.

Desde que la extractora-embotelladora se ubicó ahí, las comunidades no han dejado de protestar. Argumentan que se les priva del vital líquido, que afecta las corrientes que bajan de los volcanes Iztaccihuatl y Popocatépetl y que ha agotado pozos y corrientes de agua circundantes. Que contribuye a la erosión del suelo. Tan es así que el año pasado en la zona se abrió de pronto un enorme socavón de 126 metros de diámetro, por 50 metros de profundidad. No fue ningún producto de una invasión extraterrestre, sino del extractivismo neoliberal.

Desesperadas por las trabas jurídicas y la lentitud de las instancias legales, las comunidades nahuas de la cholulteca pasaron a las acciones. El 22 de marzo del 2021, día Mundial del Agua, tomaron las instalaciones de la embotelladora y construyeron ahí la Casa de los Pueblos, Ametlecalli, como lugar de encuentro de las comunidades, de reproducción de su identidad, de diálogo intercultural, de toma de conciencia de la hermandad entre los seres humanos entre sí y con la naturaleza. La resistencia de los pueblos empezó a construir vida en las instalaciones de la empresa depredadora. Pusieron en marcha proyectos de salud, educación, comunicación, agricultura, ganadería, justicia y economía social y solidaria. Así estuvieron funcionando por casi un año.

Hasta que el neoliberalismo se impuso. Y lo peor, con el apoyo de estado mexicano. El pasado 15 de febrero, la Guardia Nacional, acompañada por la policía del estado de Puebla, irrumpió en la Casa de los Pueblos. Desalojó a los ocupantes para poner en posesión de nuevo a la trasnacional Danone y levantó lo típico de los imperios para señalar sus posesiones: una cerca de alambre. Con esto pretende proseguir el robo legitimado del agua de todas y de todos. Todo esto basado en la Ley de Aguas salinista y neoliberal que data de 1992.

Las comunidades nahuas de la Cholulteca no están solas. Han recibido ayuda de muchas personas y organizaciones sociales de México y del Extranjero. Han lanzado la campaña “No bebas Agua Robada” e iniciado un boicot a la marca Bonafont. Es un movimiento de dignidad que debemos apoyar.

¿Qué podemos hacer en lo particular y en lo familiar?

1.No consumir agua Bonafont y ningún producto de Danone.

2.Sumarnos al apoyo de las comunidades en las redes sociales. Dar «me gusta» a los hashtags: #FUERABONAFONT y #ALTEPELMECALLISEQUEDA

3.Dejar de consumir agua embotellada o cuando menos minimizar su uso.

4.Exigir a las diputadas y diputados federales que se discuta y se apruebe la iniciativa de Ley General de Aguas promovida por la coalición Agua para Todos, Agua para la Vida, que resulta tan importante como la Reforma Energética.

No tenemos excusa para no actuar.