El tenista serbio Novak Djokovic ganó el set a las autoridades australianas que pretendían deportarlo por ingresar al país sin estar vacunado. Un juez revocó la anulación del visado y fue liberado del centro de retención para migrantes donde se encontraba desde hace una semana.
Afuera del tribunal federal en Melbourne, la gente celebraba desquiciada, incluso sobre los toldos de autos, en un carnaval de festejo a quien consideran un “héroe que defendía la libertad”, por el hecho de negarse a dar información sobre si estaba o no vacunado, después se confirmó que no ha sido inoculado. El principal argumento para recibir una exención médica para entrar al país fue que había dado positivo en un test de detección de coronavirus el 16 de diciembre pasado; sin embargo, hay testimonios de que el 17 de ese mes se presentó en un evento en Belgrado donde no portaba cubrebocas, nadie más lo hacía, ni guardó distancia sanitaria.
La familia del tenista, que siempre protestó por considerar que a Novak se le negaban derechos básicos y se le tenía resguardado en condiciones infrahumanas, organizó una conferencia en Belgrado para celebrar lo que consideraron un triunfo de la libertad. La madre de Djokovic expresó que ésta había sido la mayor victoria en la carrera de su laureado hijo, “más grande que cualquier Grand Slam”, precisó.
Durante la conferencia alguien preguntó sobre el acto del día 17, donde Djokovic acudió sin ninguna clase de protección, si es que un día antes había arrojado un positivo de covid, pero la familia se levantó sin responder y dio por terminado el encuentro con la prensa.
A una semana del inicio del primer gran torneo del año (del 17 al 30 de enero), Christopher Tran, uno de los abogados que defienden los intereses del gobierno australiano, advirtió que el Consejo Ejecutivo puede aún expulsar a la estrella del tenis, lo que conllevaría, además, a la prohibición de entrar en ese país por un periodo de tres años.
El juez Anthony Kelly, quien le revocó la anulación del visado, decidió que los gastos judiciales del tenista de 34 años, le sean reembolsados, por lo que serán los contribuyentes australianos quienes los pagarán.
Va por récord sobre Nadal y Federer
“Pese a todo lo que ha pasado, quiero quedarme e intentar participar en el Abierto de Australia”, escribió Djokovic en su cuenta de Twitter: “he venido aquí a disputar uno de los más importantes torneos ante espectadores increíbles”.
El jugador difundió horas más tarde en sus redes sociales una fotografía en la que aparece con raqueta en mano, posando en una cancha de Melbourne con parte de su equipo, entre ellos, su entrenador Goran Ivanisevic.
Djokovic busca ganar en Melbourne el título 21 del Grand Slam, y dejar atrás a Rafael Nadal y Roger Federer en la carrera por ser el tenista con más ‘grandes’ de la historia (los tres suman 20 cada uno).
Lo ocurrido “le va a dar una fuerza suplementaria”, aseguró el padre del tenista, Srdan Djokovic; “no se dan cuenta de lo que han hecho. Ahora va a ganar otros 10 Grand Slam. Se siente muy bien. Tiene tal fuerza mental que esto no le ha perturbado en absoluto”, añadió.
Unas horas después, en un comunicado, la ATP estimó que este caso “ha sido perjudicial en todos los frentes”, reclamó “reglas más claras” para el acceso de los tenistas a los países en los que tengan que jugar y defendió a Djokovic.
No todos fueron complacientes con la postura de Djokovic respecto a la pandemia y las vacunas. La tenista española Garbiñe Muguruza lamentó el “show montado alrededor de una pelea sin sentido y que no beneficia al torneo ni al tenis.
“Yo sí estoy vacunada y sé cuáles son los requisitos que hay que cumplir, y contenta de hacerlo,no veo por qué hay que hacerlo de otra manera.
“Creo que tarde o temprano todos tendremos que vacunarnos, es una pelea que no tiene sentido”, señaló en rueda de prensa en Sídney.
El escándalo que se anticipó días antes de la llegada de Djokovic –es conocida su postura reticente respecto a las vacunas anticovid– escaló a niveles de los frentes políticos tanto de Australia como de Serbia. Incluso, Boris Johnson, primer ministro británico opinó de manera fugaz al respecto:
“Es importante que las autoridades australianas tomen sus propias decisiones; es todo lo que diré sobre Djokovic –con quien jugué tenis, por cierto–. Creo que la vacunación es algo fantástico”.
La Jornada.