Por: Profr. Fernando Alvarez Montoya
Enfrentados, confrontados y sin la mínima posibilidad de unidad entre los diferentes grupos de maestros estatales (no disidentes) “oficialistas” – así se reconocen ellos- no ganarán en las próximas elecciones que ya vienen para el cambio de la dirigencia sindical y el comité ejecutivo seccional de la 42. Dóciles, sumisos, le apuestan a la sucesión del liderazgo por la nueva vía de catapultarse a través del voto libre, directo y secreto y, a la ingenua idea de democratizar a la Sección 42 del SNTE. Sin unión, carentes de una ideología definida –de izquierda- y, sin luchas, seguro no hay triunfo.
Agregaré, que el oficialismo sindical del SNTE y la mayoría de secciones charras (entre ellas, la joya de la corona, la 42) y todos sus comités ejecutivos seccionales presentes y pasados nada hicieron para parar la embestida de la mal llamada reforma educativa peñista y sus nefastas consecuencias sino, hicieron todo lo contrario, la apoyaron y se convirtieron en los principales traidores y verdugos de los maestros. El sindicalismo corporativista (SNTE) oficial se convirtió desde hace muchos años en una rémora cancerosa maligna que le ha hecho un daño inconmensurable a los trabajadores de la educación, al Sistema Educativo Nacional y a la niñez mexicana.
La mayoría del magisterio estatal agremiado a la sección 42 no lo sabe, creo lo desconocen y preciso es aclarar, que, los ajustes que le hicieron a las leyes laborales para llegar hasta donde hoy estamos-voto libre, directo y secreto- no fue por obra y gracia del espíritu santo, ni tampoco fue decisión unilateral del presidente de la República. La nueva Reforma Laboral fue producto de la lucha permanente del magisterio disidente nacional aglutinado en la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación. CNTE. Fue la lucha del magisterio nacional democrático y disidente, concretamente de las secciones 9, 18, 22 y 40 en diferentes foros, en las calles, en el zócalo de la Cd. de México, y en varias trincheras. En nuestra entidad, cabe destacar la participación decidida de un pequeño grupo de maestros federales disidentes agremiados en la 8 (octava) específicamente RESSSISTE. A los cuales, recordaré, fueron corridos y agredidos verbalmente en la faramalla de paro que realizaron en la primavera del 2018. Once días engañados, once días traicionados, once días que estuvieron fuera del aula. Once días que le deben a la niñez chihuahuense. Así lo prometieron, no han cumplido.
Dicen, y dicen bien; que los pueblos que no conocen su historia vuelven a repetirla. Algo de historia. Al final de la década de los 50s y a inicios de los 60s se da un movimiento magisterial efervescente de lucha social a nivel nacional, por abajo y desde la izquierda.
En nuestra entidad, maestros federales agremiados a la 8(octava) inician desde el Movimiento Revolucionario del Magisterio (MRM y Acción Revolucionaria Sindical (ARS) un movimiento de reivindicación salarial y democracia sindical muy similar a lo de ahora; el magisterio estatal y su dirigencia – como siempre- le dio la espalda. El movimiento social amplio y la lucha sostenida en las calles de la Cd. de México por la Sección 9 (novena) logro beneficios que impactaron a todo el magisterio nacional.
El principal detractor del movimiento magisterial disidente es y fue el charrismo sindical.
Pregunta: Dónde se encuentra el desvanecimiento del pensamiento crítico en el magisterio estatal? Cuáles fueron las causas que fuera reemplazado por el pensamiento mágico- mítico? Sin duda, en las escuelas formadoras de maestros. Éstas, ‘todas’ fueron asaltadas por el charrismo sindical. La mayoría de los auténticos maestros disidentes y democráticos fueron avasallados y reemplazados por maestros charros impuestos por los dirigentes sindicales. Zombis premiados por servicio prestado al charrismo sindical. Véase: Escuela Normal del Estado y Trabajo Social.
La pobreza impacta, duele, pero duele más la pobreza intelectual. Entre pares (maestros) no deberían existir diferencias. Puede más la obcecación del yo; intereses personales y de grupo que darle significación al nosotros que abarca las necesidades apremiantes del colectivo.
Como lograr construir un organismo, un proyecto alternativo sindical que rescate los derechos conculcados y las prestaciones perdidas si las voces de unidad no encuentran eco -ni lectura- entre un magisterio mayoritariamente despolitizado. Arduo difícil avanzar, pero sin luchas no hay imposibles.
“La lucha se ve fácil, sobre todo cuando se da desde mi celular, pero se encuentra a mil millas de encontrar el triunfo si esta no se da, en las calles, desde abajo y por la izquierda“. La lucha será inicua, estéril si se anteponen los intereses personales a los intereses de la mayoría. Nada se logrará, nada se rescatará si en un acto de contrición hacemos un llamado a la unidad. Solo así, solo así, existe cuando menos; una mínima posibilidad de ganar. Sin unidad, no hay triunfo. Creo, sin dudar, que esta es: la terca realidad del magisterio estatal chihuahuense.