Por: Profr. Fernando Alvarez Montoya
Para superar la realidad que nos atrapa, que nos es adversa, es necesario que los grupos que disentimos de la política sindical nos unamos para no permitir el continuismo de los que se enriquecen con nuestras cuotas y traicionan al gremio. Apremiante es que superemos nuestras diferencias y cambiemos las formas para poder avanzar en la construcción de un proyecto alternativo del quehacer democrático sindical, que enfrente a la dirigencia caciquil, charra y ajena a las necesidades e intereses de los trabajadores de la educación agremiados a la Sección 42. Urgente también es que cambiemos de actitud y asumamos una transformación radical, disidente y opuesta a los intereses de los “Judas” del magisterio estatal chihuahuense: Rene frías y Ever Avitia Estrada.
Percibamos con pensamiento crítico el escenario político que nos es desfavorable en las ya próximas elecciones en las que se va a cambiar a todo el Comité Ejecutivo Seccional de la Secc. 42. La lucha por la democratización de nuestro sindicato debe de pasar de las redes sociales a las calles, a las escuelas. Al parecer, nos (hemos) convertidos en expertos guerrilleros del WhatsApp medio, que nos ha atrapado y no nos ha permitido ser una ser una oposición real, ni mucho menos ser auténticos maestros combativos disidentes porque aún, no tenemos… (¿) claro quiénes son nuestros principales adversarios.
La lucha interna, el canibalismo, el permanente golpeteo que existe entre pares nos es adverso y beneficia a la cúpula charril. Bien haría preguntarnos; habrá “línea” o, algún interés oculto de las principales figuras “opositoras”. Lo anterior se desprende, porque la confrontación entre grupos (pares) es evidente; por que más que beneficiar a la consolidación de un grupo auténticamente democrático y disidente que luche por la alternancia aún no se ha apuntalado. Lo que si es cierto, -sin duda- es que: si no existe cohesión en los diferentes grupos, si no hay unidad dentro de la diversidad; seguro no habrá triunfo.
Con actitudes excluyentes y de descalificación entre los principales protagonistas de los colectivos del magisterio estatal en las redes sociales, se nos cosifica, insulta y agrede. Dejamos de ser luchadores sociales para ser “cosa” Con señalamientos, acusaciones que desgastan, desunen y que, sólo al parecer el interés de los lideres es “llevar agua su molino” Su protagonismo –nuestro- no abona nada, no se avanza. Es tan fuerte la división que es prácticamente imposible unir lo diverso.
Los llamados a la unidad no encuentran eco y cada quien jala sólo – así se ve- “agua pa’ su rancho” No hay la mínima intención de desplazar la emociones, que unir las intenciones. Sin dialogo, sin acercamiento, sin querer hacer de la política el arte del entendimiento para lograr la unión; seguro fracasaremos. La derrota esta cantada.
En los foros, en las reuniones que se convocan; el informante acusa (amos) un tradicionalismo extremo, agresivo e insultante. Maestros (as) al fin, no hemos podido romper el cordon umbilical ni el estigma otorgado por el Estado. Somos según:
“Dadores de conocimiento” “Apóstoles de la enseñanza “Vemos, a los asistentes como si fueran nuestros alumnos. Como si fueran páginas en blanco que de suerte el ponente “maestro” le toca llenar. El método, las formas en que se pretenden compartir la información, son totalmente antidemocráticas, excluyentes, verticales y agresivas. No sumamos, restamos.
Peor aún, se perciben formas Cuasi- fascistas en el que a los convocados se les suma al grupos(os) a través del otorgamiento –cochupo- de una dadiva, formación en línea y saludo similar a los que hacían los “nazis” seguidores de Adolf Hitler.
Las reuniones, los foros deben ser, incluyentes, democráticos, participativos y plurales. El dialogo sin duda deberá ser circular, totalmente circular. La forma vertical que es práctica común debe romperse y el que está enfrente debe de bajarse del pedestal asignado, o que él mismo se asignó.
Como se pretende acabar con la anquilosada y similar forma en que se presentan los charros a las asambleas si seguimos sus mismos pasos? Como pretendemos acabar con la continuidad del charrismo sindical si no hemos roto del todo nuestras actitudes charras?
Si se quiere triunfar, es necesario cambiar las formas para lograr revolucionar las conciencias. Si queremos lograr el triunfo es urgente el dialogo político para unir la diversidad. Los maestros(as) se sumaran a la lucha sólo si ven; unidad, transparencia y honestidad. La mano izquierda esta alzada.
¡Unidos venceremos!