Los vacíos de la estrategia para regresar a las escuelas

Por: Rogelio Javier Alonso Ruiz

La Secretaría de Educación Pública (SEP) emitió el Boletín No. 317, en el que indicó el reinicio de clases presenciales en entidades con semáforo epidemiológico verde, a partir de enero próximo. Con respecto a los estados con semáforo amarillo, se determinó que, si bien no habrá reapertura regular de escuelas, en éstas podrán operar Centros Comunitarios de Aprendizaje (CCA), cuya asistencia por parte de alumnos y padres de familia, “bajo su propia responsabilidad”, tiene como fin la realización de actividades de asesoría pedagógica, trámites escolares, apoyo psicoemocional y uso de equipos y servicios, entre otras.

La postura de la Organización Mundial de la Salud en torno a la reapertura de escuelas va en dos direcciones: reconoce que “ha habido pocos brotes en los que el foco haya sido una institución educativa” (OMS, 2020a, p.1), pero advierte sobre “la posibilidad de que las escuelas actúen como amplificadores para la transmisión del SARS-COV-2 dentro de las comunidades” (OMS, 2020b, p.1). Buena parte de la literatura médica coincide en los escasos contagios al interior de los centros escolares, pero también en la pertinencia de fuertes medidas sanitarias. Se observa entonces que la escuela no es un espacio seguro por sí mismo: la experiencia de Israel, aunque aislada, es prueba de que reabrir los planteles sin condiciones adecuadas puede llevar a escenarios no deseados, como lo fue el contagio de cientos de estudiantes y profesores.

Si bien es deseable que las escuelas cuenten con autonomía para adaptar las medidas a su entorno y necesidades específicas, el documento Estrategias de reapertura de escuelas durante COVID-19, del Banco Mundial, enfatiza en la necesidad de recibir “asistencia técnica para armar la estrategia de apertura gradual o escalonada de las escuelas” (BID, 2020, p. 13). Es pues pertinente que las figuras educativas, sobre todo directivas, sin menoscabo de su propia capacidad de gestión, reciban orientaciones que les permitan tener claridad en criterios de organización escolar o incluso disipar dudas en torno a la enfermedad misma. Las figuras directivas serán clave para el éxito del regreso a clases presenciales, por tanto, la estrategia de reapertura podría fortalecerse si contemplara espacios para la preparación específica de las autoridades escolares para asumir tan importante reto.

En el mismo sentido es aconsejable que el personal de limpieza reciba orientaciones específicas para desempeñar su labor bajo estas condiciones especiales. Debe tenerse presente que en Colima, entidad tradicionalmente afectada por el dengue, hace algunos años los intendentes recibían orientaciones para evitar la reproducción de los mosquitos transmisores en las escuelas; una urgencia sanitaria como la que se enfrenta sin duda requeriría contemplar la preparación del personal de limpieza. Asimismo, es deseable “aumentar la cantidad de personal de limpieza disponible en las escuelas, dada la mayor frecuencia e intensidad de la limpieza requerida” (BID, 2020, p. 6). Nada de lo que se ha dicho con respecto al personal de intendencia de los planteles ha sido considerado en la estrategia de regreso a clases.

La estrategia de regreso a clases presenciales tampoco contempla la parte económica de las escuelas. Éstas llevan meses sin tener ingresos y, cuando reabran sus puertas, una de sus únicas fuentes de recursos económicos, los Establecimientos Escolares de Consumo, probablemente no van a tener las ganancias esperadas dado que, en el mejor de los casos, asistirá la mitad de la población escolar cada día. Las aportaciones voluntarias de los padres de familia, contempladas en la Ley General de Educación, parecen no ser una opción viable dados los estragos que la pandemia ha generado. La implementación de estrategias y la adquisición de materiales sin duda requerirá un esfuerzo económico importante de la comunidad educativa. Hasta el momento, la SEP no se ha pronunciado al respecto de la economía escolar.

Llama la atención que en Uruguay, donde la pandemia ha tenido un impacto mínimo (apenas en octubre rebasó los 50 casos diarios de contagio), se haya considerado “realizar hisopado al personal educativo de las localidades con casos de COVID-19 confirmados que se encontraba próximo a retornar” (UNICEF, 2020, p. 30), en la primera etapa de regreso en los planteles rurales. Hubo escuelas que, pese estar en zonas disponibles para la reapertura, decidieron mantenerse cerradas hasta contar con los resultados de las pruebas realizadas a su personal. Considerando la abismal diferencia en el tamaño de la extensión geográfica, la población y la magnitud de los sistemas educativos de México y Uruguay, ¿sería posible pensar en una medida como la practicada en aquel país? ¿si no es posible en todo el territorio, al menos en las zonas de mayor intensidad de contagios?

Por otra parte, no pasa desapercibido el asunto de la infraestructura escolar. Hace apenas algunos meses el secretario de Educación, Esteban Moctezuma, presentaba los datos sobre las numerosas escuelas que carecen de agua potable. Sobre esto, un estudio del extinto Instituto Nacional para la Evaluación de la Educación (INEE, 2016), señalaba que 37% de las escuelas primarias no dispone de agua potable o dispone sólo algunos días de la semana. ¿Se realizará alguna campaña para revisar las instalaciones escolares? ¿Se brindarán recursos financieros para reparaciones y acondicionamientos? Sobre el equipamiento, el estudio referido (INEE, 2016) señalaba que 45% de las escuelas primarias no contaban con botiquín de primeros auxilios. ¿Se dejará el fortalecimiento del equipamiento exclusivamente a la gestión de cada centro escolar?

Una decisión tan importante como la reapertura de escuelas en el contexto actual no debe dar cabida, en lo posible, a la improvisación. Casos como el uruguayo demuestran que es deseable respetar la autonomía de los centros escolares para implementar las medidas sanitarias pertinentes, dado que éstas pueden adaptarse con mayor eficacia a los requerimientos particulares. Sin embargo, confiar en la responsabilidad de directivos y docentes de las escuelas mexicanas no debe suponer minimizar la obligación de la autoridad central de propiciar condiciones para que esa libertad pueda ejercerse con condiciones y criterios mínimos uniformes. Da la impresión que aún faltan muchos vacíos por llenar en la estrategia para reabrir las escuelas.

*Rogelio Javier Alonso Ruiz. Profesor colimense. Director de educación primaria (Esc. Prim. Adolfo López Mateos T.M.) y docente de educación superior (Instituto Superior de Educación Normal del Estado de Colima). Licenciado en Educación Primaria y Maestro en Pedagogía. 

Twitter: @proferoger85

 

REFERENCIAS

BID (2020). Estrategias de reapertura de escuelas durante COVID-19. Disponible en: https://publications.iadb.org/publications/spanish/document/Estrategias-de-reapertura-de-escuelas-durante-COVID-19.pdf

INEE (2016). Infraestructura, mobiliario y materiales de apoyo educativo en las escuelas primarias. ECEA 2014. México: autor.

OMS (2020a). Consideraciones para las medidas de salud pública relativas a las escuelas en el contexto de la COVID_19. Anexo a las consideraciones relativas a los ajustes de salud pública y sociales en el contexto de la COVID-19. 10 de mayo de 2020. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/332107

OMS (2020b). Consideraciones para las medidas de salud pública relativas a las escuelas en el contexto de la COVID_19. Anexo a las consideraciones relativas a los ajustes de salud pública y sociales en el contexto de la COVID-19. 14 de septiembre de 2020. Disponible en: https://apps.who.int/iris/handle/10665/335825

SEP (2020). Guía de orientación para la reapertura de escuelas ante COVID-19. Disponible en: https://educacionbasica.sep.gob.mx/multimedia/RSC/BASICA/Documento/202009/202009-RSC-xm9IC0eqLX-05.GUIASEP-SALUDseptiembre.pdf

SEP (2020). Boletín No. 317. Regreso seguro a las escuelas a partir de enero, de manera voluntaria, en estados con semáforo amarillo: SEP. Disponible en: https://www.gob.mx/sep/articulos/boletin-sep-no-317-regreso-seguro-a-las-escuelas-a-partir-de-enero-de-manera-voluntaria-en-estados-con-semaforo-amarillo-sep

UNICEF (2020). Seguimiento del retorno a las clases presenciales en centros educativos en Uruguay. Montevideo: autor.