Chihuahua, Chih.- El gobernador Javier Corral Jurado acusó directamente a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) de mantener deliberadamente activo el conflicto del agua y las presas en Chihuahua al actuar sistemática y unilateralmente en un sentido contrario a los acuerdos que se han ido alcanzando por el camino. El titular del Ejecutivo chihuahuense acusó al organismo del Gobierno Federal de un pésimo manejo de las presas, de corrupción endémica, y exige acabar con el “aguachicoleo” que se da en la cuenca del Río Conchos ante la “vista gorda” de la Conagua.
El gobernador aseguró que desde el principio se habían mantenido firmes en que la contribución de Chihuahua al Tratado del Agua con Estados Unidos de 1944no podía afectar los derechos de los agricultores ni poner en riesgo el ciclo agrícola, y al mismo tiempo no podía exponer a México a un conflicto con el vecino país por incumplir un tratado binacional.
Refirió que el Gobierno de Chihuahua había asumido un papel de intermediación y gestión durante todo el conflicto, recordando que la administración del recurso era federal y que en ocasiones ellos habían solicitado a las partes reconsiderar sus posiciones, “nuestra interlocución ha sido permanente e institucional, franca y abierta”.
“No obstante y que hemos mostrado nuestra disposición y nuestro empeño en una decisión consensada con el Gobierno Federal y con los productores, que preserve los intereses del estado y la nación, una y otra vez, cuando más nos acercamos al acuerdo y a una negociación definitiva, la Comisión Nacional del Agua actúa unilateralmente y en sentido contrario como si tuviera el compromiso deliberado de mantener el conflicto”, lamentó Corral.
El mandatario afirmó coincidir con que el Tratado era benéfico para México en la proporción de agua que Estados Unidos le entrega y la que México aporta como país.
“El problema y la inequidad no está ahí, sino en la manera en como se ha distribuido la carga entre los estados tributarios al tratado, la falta de gobernanza en la cuenca, el pésimo manejo de las presas, la corrupción endémica en Conagua, la falta de medición precisa y a tiempo de los volúmenes, y la falta de transparencia e información confiable”, aseveró.
Apuntó que el problema que se enfrentaba era un “acumulado histórico” de omisiones, abusos, distorsiones, y al mismo tiempo de un aumento considerable del consumo de agua en la región. No obstante, añadió que sin lugar a dudas a la situación actual había abonado sobremanera el manejo errático, el desdén y la cerrazón de la Conagua, a la que acusó de haber transmitido al presidente de la República “información falsa o por lo menos inexacta”.
Denunció asimismo que quienes hacen un uso ilegal del vital líquido se aprovechaban del movimiento legítimo de defensa del derecho del agua de los agricultores y que por ello era urgente tomar medidas oportunas para acabar con el robo del agua mediante los aprovechamientos irregulares existentes a lo largo de toda la cuenca del Río Conchos.
Exigió combatir de frente el “aguachicoleo” existentes a lo largo de toda la cuenca, redes mediante las que aseguró se riegan superficies no autorizadas o concesionadas bajo la vista gorda de la Conagua.