Cambios de adscripción: Incertidumbre total

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid

Luego de la publicación de la lista ordenada de los cambios de adscripción para el personal docente resurge la incertidumbre y la polémica acerca del proceso para hacer efectivos dichos movimientos.

Sin duda, desde que se anunció el procedimiento para llevar a cabo esta acción por parte de la autoridad competente al no ofrecer desde un inicio los lugares vacantes, se vislumbra la probabilidad de generarse un conflicto de proporciones mayúsculas si es que no es atendida con transparencia, oportunidad y justicia la manera de asignar los cambios.

Haber dejado de lado las famosas y efectivas “cadenas” en las que desde el momento mismo en que se revisaban todas las solicitudes y vacantes generando la certeza de los cambios docentes, sustituyéndolas por un proceso que, en aras de la supuesta transparencia, convertirá las asignaciones en un caldo de cultivo para quejas, reclamos o impugnaciones dadas las inconsistencias que puedan presentarse.

¿Cómo serán o están siendo notificados los docentes que solicitaron cambio? ¿Cuál será el proceso de asignación? Si un solicitante sí eligió vacante liberando su lugar ¿Le será ofrecido éste de nuevo a los primeros lugares de la lista quienes, en su turno de elegir, por no encontrarse un lugar apropiado a sus intereses no aceptó momentáneamente los ofrecimientos? Éstas y muchas interrogantes más deben ser claramente explicadas previo a continuar con el proceso.

Creo que mientras no se tengan los elementos y detalles propios de una asignación de trascendental importancia para los docentes, el proceso de cambios debe esperar, no hay prisa alguna, máxime que el regreso presencial al parecer se alargará más de lo originalmente programado. Es preferible considerar todas los posibles puntos y escenarios que puedan originar injusticias que encaminar un procedimiento que, por ahora, no parece ser prioritario en tanto no haya certeza del regreso a las aulas.

Si de origen existieron vicios o inconsistencias para los cambios de adscripción, éstos pueden remediarse escuchando las voces de la experiencia y las sanas y objetivas recomendaciones que puedan hacer los distintos actores educativos. Cerrando los ojos y tapando los oídos se corre el riesgo de batir un proceso al que los docentes tienen derecho de participar.