El maestro en la construcción del pensamiento crítico

Por: Profr. Fernando Álvarez Montoya

En el quehacer cotidiano del maestro, concurren en el aula escenarios que están ahí, y no los vemos. Pasan desapercibidos. Tal vez, no sé, si no se han, -hemos- percatado de lo siguiente: La hipótesis que sostiene de que es, a través de la escuela y del maestro se reproducen la tesis – (programas, libros de texto, filosofía de la enseñanza, actitud del maestro frente a grupo etc.)- de ser un vocero, un simple peón de ajedrez, un reproductor de las nociones reduccionistas que al estado así conviene. Escribo:

Analizar el por qué, se le dedica más tiempo académico (horas – clase) a la enseñanza del Español y no a las Matemáticas y/o a otra asignatura. Sin duda, es porque en la que en la transmisión de esta disciplina el maestro enseña (repite) la forma que él la aprendió: a obedecer. En la clase (acción pedagógica) el maestro hace uso y abuso de los verbos operativos, él manda, el niño obedece. De este modo en la enseñanza de lengua se pervierte al alumno, se le miente, se le engaña y al último, se moldea. Se modela sin darse cuenta y se forma al ciudadano sumiso, obediente que le dará continuidad al status quo.

La ausencia del pensamiento crítico en la mayoría de los docentes está presente y, el impacto que esto tendrá en los alumnos será mayor. Formar ciudadanos heterónomos (obedientes) es, al parecer el fin de esta práctica irracional. Si así es, urge cambiar la forma de enseñanza para pasar de la heteronomía a la autonomía. Es imperioso hacer los cambios pero, cómo hacerlo si el maestro se resiste o teme romper el cordón umbilical que le une al estado? Un estado, que le asfixia y le constriñe su espacio vital y su libertad de catedra.

La enseñanza del español en la escuela mexicana se acerca más al sometimiento y al control que a la formación y presencia de un alumno con pensamiento crítico. Asegura -Noam Chomsky- que el fracaso de los sistemas educativos mundiales -sin exceptuar el nuestro- se debe a que no existe intención de formar ciudadanos con un sobresaliente “pensamiento crítico”.

Enrique Dussel va más lejos, e insiste al igual, en la formación del ciudadano con este tipo de pensamiento y, agrega, la necesidad de cambiar todo el “sistema tradicional”… (¡!) porque está impregnado del pensamiento eurocéntrico, -(occidentalizado)- La propuesta de Dussel es diáfana en el sentido que propone de(s) colonizarnos de la cultura eurocéntrica y empezar con nuestros alumnos a enseñarles (¿) la verdadera historia de nuestras culturas. Cierto es; des-occidentalizar nuestro pensamiento es la asignatura pendiente. Reconocer que el propósito principal de la colonización fue de hacer de los países latinoamericanos sociedades sumisas, obedientes, creyentes y temerosas del castigo divino o del fuego eterno. Cielo o infierno. La reminiscencia de esta práctica es, aún presente: el ‘mande usted patroncito” ejemplifica la superioridad de débil autóctono (indígena) ante el poderoso conquistador. Actitud de sumisión y obediencia que se repite persistentemente en el hogar y….en el aula.

La lengua, las leyes, la historia, la religión…etc, obedece más a criterios impuestos por los europeos a través de la conquista. Por lo anterior, Chomsky y Dussel insisten en la necesidad de la presencias el ciudadano con pensamiento crítico para así llegar a tener una cosmovisión latinoamericana que nos ayudaría a liberarnos de este lastre histórico pesado….muy pesado.

Sin duda, empezar la difícil y ardua labor de “formar” ciudadanos con pensamiento crítico tendría como resultado la aparición de seres humanos con un alto sentido ético, alejado del misticismo, del pensamiento mágico que por siglos han sometido y esclavizado a la humanidad.
En los países de alto desarrollo –Japón, Corea del Sur- le dan más peso a la enseñanza de las ciencias exactas. Matemáticas. En Finlandia dan fin a la enseñanza por asignatura. Educan para la vida.

En nuestro país, aun a pesar de la presencia y la puesta en práctica de corrientes pedagógicas humanistas -(1972 a la fecha)-y constructivistas. Éstas, todavía no han impactado en el aula. El academicismo y la meritocracia a la que se ha sometido al magisterio…clave L, licenciaturas, maestrías, doctorados en educación no han resuelto aún la crisis que atraviesa el Sistema Educativo Nacional.

Darle prioridad a la trasmisión, -más no enseñanza- de las matemáticas; mejoraría mucho el espectro educativo. Comentaré lo siguiente:

Las matemáticas a diferencia del español es, una ciencia exacta, no se pueden trasgredir sus leyes. No se puede “tranzar” ocultar, mentir. Es estricta, pura. La trasmisión de esta ciencia permitiría desarrollar el pensamiento lógico – matemático y lo anterior daría como resultado el desarrollo de la inteligencia. Promover el pensamiento lógico – matemático en el alumno posibilitaría sin duda el desarrollo de su inteligencia y por ende la aparición temprana del pensamiento crítico.

La aparición del pensamiento crítico no se obtiene por “obra y gracia del espíritu santo”. Es todo un proceso algorítmico interno que se da en el sujeto de aprendizaje y, que través de la acción bidireccional que se establece entre sujeto – objeto S O

Asevero y creo que la edad más adecuada para empezar a iniciar el proceso para la construcción del pensamiento crítico es preescolar y primaria. Entonces lo anterior está en mano de educadoras y maestros de nivel elemental.

Aparece, se promueve como venta de garaje y en oferta cursos para obtener el pensamiento crítico. ¡No! Este se consigue a través de la lectura, leer, leer, leer, de la confrontación de las ideas, de la aceptación de las diferencias del otro con respecto a las mías. De hacer de la duda un método.

Por nuestra formación y nuestra cultura abandonar el pensamiento místico – mágico es harto difícil y sugerirlo atrae riesgos. En la ya difícil construcción – por la edad – del pensamiento crítico debemos de despojarnos por momentos de atavismos que perjudican el proceso de construcción del pensamiento crítico en los niños….y en los adultos.

Diré al final. El deber ser del auténtico maestro es iniciar al interior del aula, de la escuela, de sus comunidades, del país… una insurrección de energías que instrumentalice el deseo de quien la recibe de ser partícipe de la transformación social. Una genuina “Revolución educativa.