Opinión por: Julia Hernández Aragón
Mucho se ha dado por estar haciendo referencia en lo que va de esta semana acerca del rescate económico ante el escenario de crisis económica que se prevé surja ante la situación de salud que acontece en el mundo y en nuestro país. Sin embargo, ante la alta expectativa de la sociedad, y del gremio empresarial, en su mayoría, de escuchar un plan en el cual les diera un aliento para continuar –aunque fueran engañados como en sexenios anteriores- y que se les brindara el apoyo para sus respectivos negocios, pues ello no sucedió. Lo que sí sucedió es evidenciar que se continúa por la ruta señalada del gobierno de México, hacia la Cuarta Transformación, bajo los ejes: 1) Justicia y estado de derecho; 2) Bienestar; y 3) Desarrollo económico. Es decir, se pretende: “Afianzar la justicia y el Estado de Derecho para que el gobierno sea garante de los derechos humanos establecidos en la Constitución y para construir un país donde impere la ley y la justicia; 2. Garantizar el goce de los derechos sociales y económicos establecidos en la Constitución, y 3. Incentivar un desarrollo económico dinámico, equilibrado, sostenible y equitativo que amplíe las capacidades, presentes y futuras de todas las personas” (PND, 2019-2024). … y donde es y será prioritario: POR EL BIEN DE TODOS, PRIMERO LOS POBRES.
En cuanto a esto, es posible explicar lo que acontece en si se requería el programa de rescate a las y los empresarios, o lo que se dio, de apoyo a los más vulnerables.
Imaginemos una pirámide, siempre en la base el grosor que sostiene a dicha pirámide. Iniciemos la analogía: La base, el grosor, los más desfavorecidos, y la sociedad en su conjunto, como la poseedora de la mano de obra, sea calificada o no calificada, y que a su vez son las carentes de todos los aspectos de desarrollo: ingresos, educación, vivienda digna, salud, cultura, entre otras. Aquellos que generan riqueza. Y, en la cúspide de la pirámide, los más favorecidos, los propietarios del capital, los que invierten, tal vez en empresas, tal vez en intangibles, ante especulaciones favorables, pero bajo el esquema erróneo que son ellos quienes generan la riqueza porque crean las empresas -pero quienes lo producen son los propietarios de la fuerza laboral-, desean los apoyos a ellos directamente. Ahora bien, ante prácticas de la visión neoclásica –primordialmente ante un modelo neoliberal, desprendido de éste-, y privilegiar a los dueños del capital, el apoyo siempre se realizaba a la cúpula, desde el lado de la producción, de los propietarios de los negocios, sin ver realmente que, ante el entramado de la corrupción latente en nuestro país, nunca la ayuda se “filtraba” hacia abajo, es decir, para con sus empleados o trabajadores. Por lo cual, la cúpula quedaba favorecida, en tanto los trabajadores, los pobres, sin oportunidad de salir de su crisis en toda su vida, sin ser transitoria, trabajaba, trabajaba y trabajaba y no se veían sus avances en un bienestar –y mucho menos, de un buen vivir- en su cotidianidad. Luego entonces, ahora, se voltea a ver a esa sociedad, la población trabajadora –formal o informal-, la generadora de riqueza en cualquier territorio –porque sin su trabajo, su fuerza laboral, no se produciría nada- y los apoyos van directamente hacia ellos. ¿Mecanismo? Apoyos directos. ¿Asistencialismo? No. Simple y llanamente rescate a la base de la sociedad, a los dueños de la riqueza que se genera en el país. Vía intervención del Estado (postkeynesiana), para la inversión pública, en lo público y a los pobres y más pobres.
¿Por qué esto no es entendible así? Porque quienes tienen el micrófono para decir que los apoyos no llegan son el gremio empresarial (de las grandes empresas), aunque ellos incurran en el mayor dolo: mandar a “descanso voluntario” a sus empleados y empleadas. Y si querrían el apoyo, y se quedarían con esto para continuar con su margen de ganancia del cual no quieren prescindir, y no canalizar el apoyo –sí es que éste hubiera de parte del gobierno (posteriormente, para las mipymes)- a sus empleados y empleadas (también se está en espera que las grandes empresas puedan cubrir la grandiosa deuda que tienen pendiente en impuestos). Y para quienes le están llegando los apoyos, la beca de los hijos, el apoyo a personas con discapacidad, el apoyo a los adultos mayores, apoyos a sembrando vida, entre otros, sean del sector formal o informal, no señalan algo; ¿por qué? Porque el micrófono no es para ellos. Y es aquí donde radica también la desigualdad: quién está al frente del micrófono para difundir el daño y no la bonanza que reciben.
Entonces, por esto se da el descontento ante el posicionamiento de nuestro Presidente de México, Lic. Andrés Manuel López Obrador.