Opinión por: Profesor Luis Elizalde
Se le denomina sindicato charro a la organización cuya dirigencia perversa y pervertidora envilecida por la corrupción aprovecha la estructura sindical para configurar una casta privilegiada cuya pertenencia les garantiza protección legal y política, beneficios económicos, puestos dentro del gobierno y candidaturas a puestos de elección popular entre otras cosas.
No obstante para pertenecer e esa casta, también implica obligaciones de modo que para estar ahí es necesario mentir, manipular, engañar, intimidar, amenazar, traicionar y de ser posible asesinar a quienes sean un estorbo en su camino y pongan en riesgo la estabilidad o permanencia en el poder de ese grupo gansteril.
Dos ejemplos de este tipo de sindicalismo en México son el Sindicato de Petroleros y el SNTE; en los que además la lealtad incondicional al líder raya a veces en la estupidez y la idolatría.
Ser dirigente sindical del SNTE ha sido hasta hoy mejor que sacarse la loteria pues además de disponer de millonarios recursos, se tiene una especie de corte para cumplir sus órdenes y la libertad para hacer negocios fraudulentos al amparo del gobierno.
Aunque no será fácil, pero tampoco imposible, esta en las manos de las bases magisteriales sacudirse a toda esa lacra de falsos líderes. Basta con que se den cuenta en la situación de sometimiento en que se encuentran, tengan valor para luchar por el cambio, capacidad de organización y un gran espíritu de servicio.
MODIMA 42