Ciudad de México. En el sexenio de Enrique Peña Nieto la evasión fiscal ascendió a 4.1 billones de pesos, y en ese periodo, de una potencial recaudación de 18.7 billones, sólo se lograron captar 14.6 billones, lo que obliga al Servicio de Administración Tributaria (SAT) a fortalecer estrategias para reducir al mínimo posible
esa práctica, concluyó la Auditoría Superior de la Federación (ASF).
En su informe de la cuenta pública 2018 sobre una auditoría al SAT y grandes contribuyentes, calculó que la evasión en ese año fue de 619 mil 622 millones de pesos, a lo que se suman devoluciones por 297 mil 629 millones de pesos a 11 mil 696 grandes contribuyentes, casi en su totalidad por IVA, y otros 906 fueron beneficiados con compensaciones de 156 mil 734 millones.
La ASF presentó un estudio sobre la recaudación real y la potencial durante el sexenio pasado, y precisó que los niveles de evasión por cobro de IVA, ISR y el impuesto especial sobre producción y servicios disminuyeron 5 por ciento anual, pero aun así sigue siendo alta.
Mientras en 2013 la evasión representó pérdidas por 812 mil 208 millones para el fisco, en 2018 llegó a 619 mil 622 millones, pero aunque ha disminuido la brecha entre la recaudación potencial y la real, el monto del año en revisión representó casi 25 por ciento del total de los ingresos tributarios.
Otros de los rubros identificados por la ASF como pérdida de ingresos son los juicios fiscales, estímulos y condonaciones a grandes contribuyentes, así como los ingresos tributarios de éstos, pero también identificó que el SAT subestima sus metas de recaudación, lo que le permite, al cierre de cada ejercicio, presumir que su eficiencia le permitió rebasar objetivos.
Los beneficiados
En el informe entregado el jueves a la Cámara de Diputados detalló que si bien los grandes contribuyentes aumentaron 2.8 por ciento anual, 902 de éstos reportaron un saldo de cero pesos o a favor equivalente a 156 mil 734 millones.
Esto, debido a que de conformidad con la legislación aplicable y vigente, los montos pagados bajo los diferentes impuestos fueron compensados con devoluciones, compensaciones en otros impuestos cobrados en ese año y gastos fiscales
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Se trata de contribuyentes de las ramas de manufactura de automóviles, industrialización de lácteos, elaboración de artículos de belleza y de limpieza, producción de bebidas alcohólicas, fabricación de electrodomésticos, gimnasios, aerolíneas, tiendas minoristas, servicios de telecomunicaciones, hoteles y el sector financiero.
En el caso de los estímulos fiscales –los beneficios tributarios para promover una actividad económica específica–, la ASF identificó que en 2018 se otorgaron por un monto de 68 mil 170.3 millones de pesos; de esa cifra, más de la mitad –37 mil 162.2 millones– se concedieron a grandes contribuyentes.
Al revisar la base de datos de los estímulos fiscales, encontró que el monto fue utilizado por 549 de las 7 mil 345 razones sociales consideradas como grandes contribuyentes. Y de ese grupo, a cinco se le otorgaron beneficios por más de mil millones de pesos, y en un caso por 3 mil 555.6 millones.
Ante ese fenómeno, la ASF recomendó a la Secretaría de Hacienda que proponga una reforma a la Ley de Ingresos para definir la obligación y formalizar el propósito específico de cada uno de los estímulos. Hacienda rechazó la recomendación, pero la auditoría insistió en que se requiere justificar esa pérdida tributaria.
En 2018 el SAT recibió 13 mil 788 solicitudes de grandes contribuyentes para la devolución de IVA, ISR, IEPS y otros impuestos por 307 mil 555 millones. El órgano recaudador avaló reintegrar 297 mil 629 mil millones a 12 mil 696 solicitantes.
De ese total, 96.7 por ciento correspondió a devoluciones por IVA, esto es, 296 mil 637 millones de pesos.
La ASF resaltó además la incongruencia en el número real de grandes contribuyentes y lo que cada uno aporta al fisco. Así, evidenció que un billón 386 mil 686.7 millones de pesos, 45.3 por ciento de la recaudación de ese año, recayó en 7 mil 345 empresas o personas físicas, y no en 43 mil 83, como reportó el SAT.
Fuente: La Jornada.