CNTE: No hay derrota

0

Por: Rosalío Morales Vargas

No existe la derrota
cuando indemne se encuentra la moral,
cuando hogueras de llamas insumisas
arden en las mesetas firmes del arrojo,
y las fraguas calcinan con su lumbre
el fanático pregón del continuismo,
cuando manos se aprestan con las llaves,
para abrir cerraduras de cofres herrumbrados.

No existe la derrota
cuando las luces de la rebeldía se encienden
en oscuras moradas del engaño,
en la brumosa cauda de mentiras;
y las rachas de un vaho enrarecido
atizan las penumbras de ceniza,
en la oquedad inerte de promesas,
emitidas al vuelo de la estafa.

No existe la derrota
mientras haya semillas de esperanza,
y crezcan las espigas de ternura,
tremolando en el viento, liberado
de la traición artera que sofoca
el gérmen de insurgencias recurrentes,
al fecundo terruño empecinado
en dar frutos preñados de futuro.

Muy pronto llegará un día sin odios,
sin afanes inmundos de injusticias,
donde el desprecio deje sus alforjas
vacías de vanidades y atropellos,
y las rugosas túnicas del poder indiferente,
no asfixien la embrionaria primavera,
y caigan los disfraces y dobleces,
de aviesa catadura enmascarada.

La resistencia sigue enhiesta,
derrumba las murallas de silencio,
encamina sus pasos en pos de la victoria,
demuele los cimientos carcomidos del escarnio,
destruye las cadenas de oprobios denigrantes
y alza su mirada hacia las cumbres luminosas,
porque mientras el alba centellee en el horizonte…
no existe la derrota.