El gran granero de las minerías, de esta manera se decantaban los valles en relación con los reales de minas que se encontraban a lo largo del Camino Real de Tierra Adentro, y Valle de San Bartolomé (hoy Valle de Allende), en Chihuahua, no fue la excepción a la norma.
Chihuahua, de paso hay que decirlo, ocupaba la tercera parte del Camino Real de Tierra Adentro en el actual territorio de la República Mexicana, con más de 600 kilómetros de recorrido, de esta ruta colonial que tuvo dos pretextos de ser, la primera la de promover la fe cristiana en los indios a través de la religión y la segunda, la económica la de la explotación de la tierra y sus ricos minerales.
Valle de Allende surgiría primero con una compañía de franciscanos, que a las orillas del río San Bartolomé, fundaron un templo e intentaron acercar a su fe a los indígenas conchos que habitaban el lugar.
Sin embargo y tras varios tropiezos, pues los indígenas naturales del área opusieron resistencia, no es hasta finales del siglo XVI que se establece Valle de Allende como un centro que provisionaba de todo lo necesario, vegetales, granos, carne, fruta y cuero y cebo tan necesarios para los centros mineros cercanos.
Este tipo de actividad fue lo que determinó también la arquitectura del poblado. Algunas de sus viviendas se destinarona a la actividad comercial por lo que solían tener más puertas que ventanas en sus fachadas. Los predios urbanos contaban con una vivienda al frente provista de espacios para el comercio mientras que los patios y traspatios se destinaban para el cultivo y crianza de animales..
Todo esto fue explicado a detalle por la arquitecta, del Centro INAH Chihuahua, Anaeli Chavira-Cossio durante el conversatorio “ Camino Real de Tierra Adentro: Hablando en Plata” organizado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia y en donde otros tres expertos de diferentes partes del país, hablaron de las relaciones económicas relacionadas con esta ruta comercial; esto en el marco de las actividades de difusión que la institución realiza con motivo de los 10 años de inscripción del Camino Real de Tierra Adentro como patrimonio mundial dignado por la UNESCO.