Los 1067 docentes: el pretexto

José Luis Fernández Madrid

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid 

Sí, existe una minuta que, en su momento, signó un oscuro personaje de triste memoria en las lides magisteriales a sabiendas que con el paso del tiempo sería invariablemente en detrimento de los maestros y maestros; solamente lo hacía para justificarse o blindarse a sí mismo ante su inmimemte salida.

En esa época de lamentables recuerdos, quienes se incorporaban al servicio magisterial entraron, por infortunio, en un esquema prestacional ambiguo, confuso, desfavorecedor.

Perversa y ventajosamente, dicho exsecretario general de la Sección 42 del SNTE «pateó el bote» pretendiendo curarse en salud por la lastimosa Reforma a la Ley de Pensiones Civiles del Estado permitiendo que entrara en vigor y que les quitó a los nuevos ingresos la prestación de una jubilación dinámica.

Por tanto, hay un hecho tan irrefutable como injusto y sobre él se debe actuar, con ello, la organización sindical debe tomar el mandato adquirido de representar sin embalajes a sus agremiados, es lo correcto, es lo justo.

No conozco a alguien de la gran fuerza magisterial que condene su legítima demanda de garantizar un retiro digno.

Más allá de una aparente medición de fuerzas dada la incorporación del ingrediente político-sindical, de lo que realmente se trata es de velar por los jóvenes docentes afectados. Pensar en una pírrica victoria para colgarse medallas es menospreciar el fondo de los reclamos y, lo que es peor, tan solo considerar querer utilizar a los 1067 compañeros y compañeras como pretexto para aviesos fines particulares o grupales sería deleznable.

El genuino movimiento, más bien, debe ser el pretexto no para la polarización ni el divisionismo que a nadie favorece, sino para unir fuerzas, ideas y estrategias para lograr que a los demandantes se les reconozca su estatus y con ello sentenciar un por venir halagüeño.

Si partimos de la premisa de que en la unidad está la fortaleza, ésta es la ocasión perfecta para llevarla de las palabras a los hechos, sin máscaras ni falsas poses.

Es verdad, nadie debe temerle al intercambio de ideas, a las discrepancias o a la libre exposición de expresiones discordantes; el motivo que ocupa a los 1067 exige estar por encima de la divergencia para entonces obtener la convergencia.

Somos los mismos y no, no creo haya enemigos enfrente cuando el objetivo es claro y común.