Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
En colaboración previa manifestaba que el adjetivo arriba descrito, empleado por mismos compañeros de clases especiales, se refiere jocosamente a docentes que están un rato en una escuela y otro rato en otra, de ahí dicha ñ palabra.
Y resulta que ese mote pronto dejará de pronunciarse pues, al parecer, existe ya un proyecto para compactar, de inicio, las horas a maestros y maestras de Educación Física, lo que por sí mismo representa un serio avance en una de las muchas justas demandas de este sector de la comunidad educativa.
Confirmar que se han puesto manos a la obra que se escuchó una de las necesidades más apremiantes, que se les dio voz y se arrastraron los lápices para darle viabilidad y visibilidad a esa problemática que aqueja a un sin número de docentes es señal de que finalmente podrán ver cristalizado uno de sus anhelos.
Trabajar en uno o en pocos centros escolares sin duda redundará en beneficios personales e institucionales, pues por un lado, se acrecentará el sentido de pertenencia e incrementará la identidad a la institución o instituciones permitiendo ser partícipes de manera más activa en la dinámica de cada escuela y por otra
parte, la economía de los y las docentes se verá favorecida al dejar de trasladarse constante y cotidianamente a los diferentes sitios en donde derrochan su talento.
Desde la óptica que quiera mirarse, compactar las horas representa una verdadera revalorización para los profesores y profesoras de Educación Física ya que, por increíble que parezca, en la actualidad algunos de ellos laboran hasta en 7 escuelas, con las consabidas problemáticas que esto representa. Lamentable.
Atestiguar que esto se vuelva una realidad será un hecho inédito, sin parangón al menos en los últimos lustros y por supuesto, se convertirá en un positivo antecedente para proceder a implementarlo posteriormente y/o a la par en favor de los y las compañeras de adiestramiento.
¿La clave para que suceda? Conjuntar ideas, esfuerzos, visiones y miras. Si con este incipiente y futuro logro alguien se adjudica la paternidad, será producto de sus particulares acciones para ello; pero aún y si alguien más se quiere colgar la medalla sin merecerlo, igual dará, los beneficiarios agradecerán a quien
corresponda.
Confiamos en que por fin, a la Educación Física y sus profesionales y dedicados actores se les dé el lugar que merecen.