Por: Víctor M. Quintana S.
Proclamaron que iban a “defender Chihuahua” pero Chihuahua terminó defendiéndose de ellos. Lo intentaron todo. Se tornaron en la coalición y gobierno de la mentira. Blandieron los espantajos del comunismo, autoritarismo, de Cuba, Venezuela.
Alinearon con millones de pesos a diarios, portales, televisoras para que advirtieran a la opinión pública el “peligro para México” de ganar Claudia Sheinbaum. Buscaron infundir miedo, atribuir la inseguridad y violencia que vive Chihuahua desde hace 17 años al “Abrazos, no balazos” de López Obrador. La víspera de las elecciones varios periódicos cabecearon: “Casi 15 mil asesinatos aquí con AMLO. Chihuahua es el cuarto lugar nacional en homicidios durante el actual sexenio”, apostándole a la amnesia histórica, cuando durante la Guerra al Narcotráfico del Calderonato,2007-20012 uno de cada cinco homicidios perpetrados en el país fue en Chihuahua, para un total de 18 mil.
Los funcionarios públicos advirtieron a sus burócratas de las terribles venganzas de llegar Sheinbaum a la presidencia y con ella el exgobernador Javier Corral. Con ese pretexto los mandaron a volantear y a asistir a mítines palenqueros, comprobándolo con la selfie de rigor
Pero ni el miedo al comunismo ni a la violencia -que no ha disminuido pese a los miles de millones tirados en la Plataforma Centinela- hicieron mella en el electorado chihuahuense que votó abrumadoramente por Claudia Sheinbaum y refrendó su apoyo a la 4T. Ninguna persona había obtenido tantos votos como Claudia en Chihuahua: más de 885 mil, ninguna fórmula al senado había obtenido tantos sufragios como la de “Sigamos haciendo historia”. MORENA es ahora el partido más votado en elecciones locales en Chihuahua: 637 mil votos contra 408 mil del PAN y 162 mil del PRI. Hablando de sobrerrepresentaciones, éstos dos partidos obtienen un total de trece diputados de mayoría y cinco de representación proporcional, mientras que MORENA, con mucho más voto sólo obtiene ocho de mayoría y tres de representación proporcional. El PRD sin registro ni representación alguna seguirá siendo un chalán caro para el gobierno del estado.
La derrota del PRIAN en Chihuahua se debe al arrastre del gobierno de la 4T, al cambio efectivo que produjo en los bolsillos y en las expectativas, no sólo de las clases populares, sino también de amplios sectores de las capas medias. La tan anunciada oposición de los agricultores en el estado no se dio y en cambio MORENA y sus aliados avanzaron claramente en las zonas rurales, ganando incluso el distrito federal quinto e importantes alcaldías del medio rural.
Un factor importante para la derrota del prianismo es la clara vinculación que hay en el imaginario popular de la alianza de ellos con el mundo de los negocios, con hechos de tráfico de influencias y de corrupción, como los que se han revelado en la administración de María Eugenia Campos. Pero, lejos de subsanar estas graves fallas, de recomponer su perfil ético, aunque fuera con cirugías plásticas, y recuperar el apoyo de las bases panistas y priístas más auténticas, el grupo en el poder en de Chihuahua se vacía de toda ética y redobla su alianza con las cúpulas derrotadas en estas elecciones. En unos cuantos días varios hechos así lo demuestran:
La integración al gabinete estatal del duartista Enrique Serrano, ex alcalde de Ciudad Juárez y líder de la fracción priísta del congreso del estado en la primera mitad del gobierno de César Duarte y que como candidato de éste para la gubernatura en 2016 salió derrotado.
La liberación de César Duarte, ordenada el día 5 de junio, por la misma jueza que ordenó la aprehensión del Fiscal Anticorrupción que condujo la operación “Justicia para Chihuahua” con relación a los hechos de corrupción perpetrados durante el duartismo. La jueza Hortencia Díaz el 4 de junio ordenó, sin mediar audiencia alguna, dejar sin efecto la prisión preventiva para el exgobernador. Luego, el 6 de junio cambió la medida cautelar de prisión preventiva a Duarte por prisión domiciliaria y portación de brazalete electrónico. La colusión del judicial chihuahuense con la corrupción la hizo ver el presidente López Obrador en su mañanera del 11 de junio.
Continuando con la subordinación del judicial a los designios del Ejecutivo: la terquedad del Tribunal Estatal Electoral en acusar de violencia política de género al diputado Cuauhtémoc Estrada, líder de la oposición a la gobernadora, a pesar de que la Sala Regional del TEPJF previamente le había enmendado la plana mal hecha y llena de tachones.
La defensa de los negociantes, la colusión con los corruptos, la alianza con la clase política sin escrúpulos queda bien plasmada en uno de los más recientes post de Alito: él, la gobernadora Campos, Beltrones y el exgobernador coahuilense Riquelme.
Ante la debacle electoral lo único que acierta la derecha chihuahuense es reforzar el capitalismo de compadres para seguir saqueando al estado. Su derrota política va aparejada a su total desfondamiento ético.