¿Cómo curar desde el acoso y la violencia?
Chihuahua. – Ante las constantes denuncias de violencia, falta de seguridad y acoso laboral que sufren los médicos residentes en los hospitales, la diputada del Partido del Trabajo, Jael Argüelles Díaz, exhortó al Poder Ejecutivo del Estado, en su calidad de Presidencia del Consejo Estatal de Salud, así como a la Secretaría de Salud Estatal y Nacional, para que adopten medidas necesarias para prevenir y en su caso sancionar estos casos.
La legisladora, también solicitó establecer un Comité Técnico Interinstitucional que permita una atención inmediata a la problemática, principalmente aquellos actos de violencia física o psicológica que se ejerzan contra las y los médicos residentes, preservando en todo momento sus derechos humanos.
Durante la diputación permanente, Argüelles Díaz, estuvo acompañada por Mirna Pérez y René Hernández, madre y hermano de Perla, médica egresada de la Facultad de Medicina de la UACH que realizaba su residencia en el área de Ginecología del Hospital General “Doctor Salvador Zubirán”, siendo víctima de acoso laboral y a razón de ello, atentó contra su vida.
En su exposición de motivos, detalló que según las denuncias en redes con este ya son cuatro casos de acoso y hostigamiento que se han presentado en dicho hospital en el último mes; en los otros tres, los afectados terminaron por renunciar.
“La realidad es que existe un grave problema de salud pública, ya que se padece acoso, violencia y discriminación, por lo que es necesario que el gremio, en todos los niveles, cuente con una estabilidad y salud mental que sea resultado del respeto y la igualdad durante la profesionalización de la labor médica y la capacitación”, enfatizó.
Además, agregó que es necesario romper el ciclo de violencia al interior de instituciones de salud como los hospitales, y para ello existen áreas de oportunidad, así como estrategias que deben implementarse para terminar con este fenómeno antes de que él termine con las y los profesionales de la salud.
Y es que, según un estudio realizado en el 2005 por la Revista Médica del IMSS, en dos hospitales formadores de pediatras en el norte del país, se encontró una prevalencia de acoso en general de 93 por ciento, en la que predominó la violencia física y psicológica 32 y 15 por ciento, respectivamente, seguidas de la verbal 28 por ciento y la sexual el 3 por ciento.
Cabe señalar que este artículo establece que como consecuencias del acoso laboral, durante la formación académica de una especialización, están la afectación del estado emocional, principalmente enojo, miedo o ansiedad, culpa, vergüenza, disminución de la satisfacción de realizar una residencia, disminución de la confianza como doctor, afectación del desempeño académico y la calidad de la atención que se les brinda a los pacientes, insatisfacción laboral, burnout, abuso de alcohol, drogas ilícitas o automedicación, ideación o intento suicida.
La congresista, argumentó que cuando pasan estos casos, regularmente y de acuerdo con el estudio el abuso, se relaciona con la jerarquía, por lo que la mayoría de los afectados ignoraron el evento o no hicieron nada al respecto, principalmente por creer que no lograban nada, que les causaría más problemas o por temor a represalias.
“Este fenómeno debe observarse tanto como una responsabilidad individual como del Estado, las autoridades deben contar con procesos claros y transparentes que fomenten la denuncia y eliminen la arbitrariedad para dar paso a un sistema de méritos y responsabilidades. Es claro que, ante el abuso, no debe haber permisividad, ante el abuso debe haber consecuencias para quien realice estos actos y no para quien denuncia”, concluyó.