Por: Profr. Fernando Alvarez Montoya
«La decepción y la esperanza»
De Gilberto Guevara Niebla.
…”con la vejez no llega la sensatez”. Así, de esta manera definiría al autor del artículo de marras escrito por Gilberto Guevara Nieblas, (75) años en la que con una actitud similar a la de los grupos más reaccionarios, comunicólogos más falsarios e intelectuales orgánicos de derecha y otros que, come él se ponen camuflajes de izquierda para criticar (según ellos) a un gobierno que etiquetan de izquierda. Hasta el momento, a más de cuatro años de gobierno, el presidente Andrés Manuel López Obrador no se ha proclamado de izquierda. Aparte, no lo es.
De joven, el anarquismo fue su bandera ideológica. Paso largo tiempo, en la que el susodicho escritor proclamaba el “FOQUISMO ROJO” que consistía en expandir (filosofía que se desprende de Revolución rusa) el socialismo a diferentes países. Señalaba, se interrumpió la revolución de 1910 o más bien” revolución interrumpida” en este caso de nuestro país. Quería mas revolución. Su posición radical lo llevó a confrontaciones con el Estado y al exilio. En mi juventud admiré su lucha y su esfuerzo por transformar el país. Esa era y es la intención de los auténticos luchadores sociales de izquierda. Ahora, no es su caso. Insertado hace muchos años en los círculos de poder se alineó con la extrema derecha. Se desvaneció su “izquierdismo’ para sumarse al bloque rancio de golpistas.
Sumiso a los poderes de los opositores ($) de los mal llamados intelectuales orgánicos.
Obtuso de miras y de pensamiento, pretende que en cuatro años AMLO acabe con la pobreza y la corrupción ancestral heredada por gobiernos anteriores contra los que él luchó. Critica al actual gobierno de: “otorgó dádivas y aplicó políticas clientelares para obtener beneficios políticos” (sic). Bien le haría dirigir su mirada al norte, para que vea cuantas políticas de beneficio y de apoyo a los más pobres que se aplican en los EE. UU. Guardó silencio cómplice y no acusó de lo mismo al PRI y al PAN.
Señala que en la “izquierda democrática” …! ja! (hasta aquí) -no me rio más porque traigo el labio partido y se me salta el ombligo- existe mucho descontento por la deriva autoritaria, carácter autocrático, fractura del principio de la división de poderes, militarización y la política de odio que él y sus detractores “democráticos” amigos ven en esta gobierno. Corto de miras, acusa a este gobierno de lo que fueron los anteriores. Bien la haría señalar según él, cuál es la “izquierda democrática”
No equivocamos -“kemo saby”- al creer -escribe- que este gobierno es de izquierda. Sólo él y su perturbada mente piensa que este gobierno es de izquierda. Agrega que: López Obrador viene del PRI, soslayando que el viene de la “izquierda” y ahora milita y defiende a la derecha. Aparte, creo, no vio la venta de cientos de paraestatales en el periodo neoliberal y reclama que el Estado pretenda recuperar lo que al pueblo le pertenece.
Con un lenguaje similar al de Lilly Téllez – (máxima expresión del fascismo en la tribuna del senado)- acusa a López Obrador sin argumentar de lo siguiente: “ Él no posee el valor supremo de la dignidad del ser humano: día con día despotrica contra sus enemigos, agrede, insulta, descalifica, acusa, demoniza, denosta, humilla y ultraja a otros mexicanos que simplemente, no comparten sus ideas.. AMLO no es un hombre bueno, no es un hombre honesto. Dice respetar la moral, pero se comporta como un hombre violento, frustrado, poseído por el odio, por la amargura, el resentimiento y el revanchismo, sin importarle los daños a terceros o a la nación”. Agrega, Nunca ha mostrado compartir los valores éticos que inspiran a la izquierda social-democrática. ¡Hijole! ¡Woow! Como juez supremo adjetiviza, califica al presidente -sin argumentar- sintetiza de lo que su boca profiere…lenguaje perverso. Sin moral, sin ética Guevara Niebla se convierte de lo que muy probablemente el acusa.
Asegura que no existe en el escenario político una opción de izquierda democrática, no consolidada. Que nunca ha existido una política democrática real y atractiva para la población. Contradictorio su escrito cuando escribe que: -“hay un descontento en la izquierda democrática” en nuestro país-. En lo antes escrito, se distinguen solo imputaciones, incongruencias, desvaríos y falta de información de lo que está haciendo el actual gobierno. Acusa también desconocimiento de la historia por desconocer el origen del PAN. Las acusaciones son exactamente igual a los vocingleros de la derecha y de los “chayoteros”. La pregunte es: buscará chayote? No creo.
El reclamo –injusto- que le hace a López Obrador cuando escribe:” La clave para la realización de cualquier proyecto nacional son los seres humanos; dicho de otra forma, la principal palanca de cambio reside en la educación de las nuevas generaciones, área que el presidente tiene en total abandono”.
La idea de formar “buenos ciudadanos” -creerá, que son plastilina y que sus mentes son páginas en blanco en las que precisamente él se ha encargado de llenar-. “pensamientos acríticos”. Más bien el reclamo seria para él y los que con el conviven (INEE)
Así, sin duda, su largo paso por el Sistema Educativo Nacional pasará desapercibido por sumarse a las fuerzas más reaccionarias y conservadoras enemigas de nuestra Patria; que desde ya, empiezan a fraguar un Golpe de Estado.
Sinvergüenza y desnudo se atreve a pedir algo que ha sido bandera de la auténtica izquierda: … “Urge formar nuevos ciudadanos desde su primera educación. Urge reclamar que se otorguen más recursos para el sector educativo, urge que se eleven los salarios de los maestros, urge invertir en formación docente, promover la evaluación y la investigación educativa”.
“La escuela debe formar un nuevo tipo de ciudadano. Un ciudadano con alta autoestima, con sentimientos de altruismo, de independencia, de identidad nacional y empatía, con valores morales como la franqueza, la honestidad, la autonomía y la justicia” Lo antes escrito, lo describe tal y come es, “un gran demagogo”. Sin duda, pronto veremos como la historia juzgara a este hombre sin ética, sin moral y sin principios. Abur
