Ciudad de México.- Luego de la publicación del artículo en The New York Times sobre el desplome de un tramo de la Línea 12 del Metro, el secretario de Relaciones Exteriores, Marcelo Ebrard, reprochó que el influyente diario norteamericano hubiera ignorado las respuestas que ofreció hace algunos días al cuestionario que le enviaron por escrito.
Señaló que la tragedia de la llamada Línea Dorada exige una investigación radicalmente imparcial y escrupulosamente técnica, cuya única finalidad sea el descubrimiento de la verdad, que merecen las víctimas, la opinión pública y en general la Ciudad de México.
A través de una carta, el canciller afirma que la parte de la historia de la Línea 12 que tiene que ver con su proyecto ejecutivo y construcción se conoce porque existen los documentos que se han hecho públicos, sin embargo, “la parte de la supervisión y mantenimiento durante el sexenio posterior al que encabecé se mantiene en buena medida como una incógnita.
«Resulta, por ejemplo, imposible saber si la administración del Dr. Miguel Ángel Mancera realizó toda la labor de mantenimiento requerida en casos de sismos de cierta magnitud, o si los trabajos efectuados después del sismo se realizaron de la manera adecuada, dado que una importante cantidad de documentos fueron reservados”, sostuvo.
Acusó al periódico estadounidense de que las preguntas que le formularon “en algunos casos, parten de premisas falsas o parecieran sugerir conclusiones o asumir una postura adversarial”.
«En este sentido, mi empeño es responder de la manera más objetiva y apegada a la memoria que constituye la documentación técnica o las resoluciones que han surgido de las investigaciones o auditorías relacionadas con la realización de la obra”.
Luego de reiterar sus condolencias a las víctimas, Ebrard reiteró su disposición de colaborar para esclarecer los hechos y deslindar las responsabilidades respectivas.
Marcelo Ebrard recordó que fueron los propios habitantes de la Ciudad de México quienes, a través de la “Consulta Verde”, celebrada el 29 de julio de 2007, en la que más de un millón de personas participaron, eligieron que el metro corriese hacia la zona de Tláhuac.
El consorcio ganador para la construcción de la Línea 12 estuvo integrado por la empresa ICA (que ha participado en la construcción de la mayoría de las líneas del metro capitalino), CARSO y la francesa Alstom.
Ebrard aseveró que la Línea 12, que durante años ha beneficiado a millones de personas, es quizás la obra pública más auditada y documentada en la historia de México con certificaciones nacionales e internacionales.
Fuente: Excelsior