Sucesión adelantada (O ya empiezan a juntarse) 

José Luis Fernández Madrid
Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Si bien es cierto que la propia Constitución garantiza nuestras libertades, entre ellas la de asociación, lo cierto es que al menos esperar los tiempos para contiendas electorales, habla de prudencia, mesura y un legítimo deseo de competir.
Ya sea tomando banderas como pretexto, aludiendo a fallas reales o inventadas a omisiones veraces o sin sustento, o bien por convicción propia, en el ámbito magisterial ya se dan visos, señales y conductas que se interpretan como una clara intención de participar en la renovación de espacios políticos sindicales.
Estamos de acuerdo en que las garantías de libre expresión o reunión son y deben ser respetadas sin tapujo alguno, eso no se solicita, simplemente se exige. Nadie puede ser condenado por ello.
La base es verdad que cada vez está más politizada, ya no es emblesada con el «canto de las sirenas», se necesita más que palabras y promesas para definir su simpatía por algún proyecto que se les presente. Una trayectoria limpia, con un pasado de empatía, con acciones previas de lucha, apoyo y determinación por las causas es la mejor carta de presentación para aquellos que pretendan formar parte de colectivos gremiales.
No obstante que me parece muy prematuro tener sobre la mesa sucesiones adelantadas, esto sirve para ir apuntalando o bien, descartando desde ya personalidades e imágenes que de pronto surjan o resurjan como adalides de la defensa, de las buenas costumbres y del compromiso social.
A la inversa es lo mismo, vislumbrar a personas o grupos de personas que  de manera natural o espontánea brindan ayuda, a las que tienen no solo el carisma o conocimiento previo, sino vasta experiencia, con capacidad negociadora, persuasivas, formadas o forjadas en las lides magisteriales pero sobre todo con una profunda determinación por servir y no servirse, siempre serán supravalorados.
La realidad tarde o temprano desnuda intereses e intenciones, pronto se sabrán los motivos de quienes al día de hoy se han adherido a su inalienable derecho de reunión.