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Protocolos de defensa ¡Ya!

José Luis Fernández Madrid

Por: Profr. José Luis Fernández Madrid 

Estoy profundamente convencido no solo de la necesidad, sino de la urgencia de que se emprendan y lleven a cabo las acciones pertinentes para generar protocolos de defensa y protección de los derechos humanos y laborales del personal docente así como del personal de apoyo y asistencia a la educación.

Lo anterior, motivado por las injustas e infundadas acusaciones que en ocasiones se nos vierten en casos que, desde mi perspectiva, no son imputables a nosotros como actores educativos y que considero, nos deja en un evidente estado de vulnerabilidad por no contar con un ordenamiento legal que nos proteja ante hechos que, insisto, no necesariamente están bajo nuestra responsabilidad.

Soy consciente del honroso cargo que ocupan las autoridades educativas, por ello es que solicitando amablemente atender a sus propias facultades y atribuciones, tendrán la oportunidad de convocar a las distintas organizaciones, asociaciones, instituciones públicas o privadas o bien, a los diversos directivos y funcionarios bajo su jurisdicción que inciden en el hecho educativo, para crear el cuerpo normativo que nos ofrezca a los maestros y maestras de educación inicial, básica y media superior, los mecanismos de defensa ante situaciones que, por su naturaleza, no necesariamente son atribuibles a la totalidad de los colectivos escolares.

No quiero omitir que en mis 26 años de servicio docente he tenido el privilegio de conocer la siempre loable, responsable, dedicada y comprometida labor magisterial y en todo este tiempo jamás he conocido, por fortuna, a algún integrante de esta siempre valerosa familia que, con premeditación, mala intención o de forma deliberada hayan pretendido provocar daño alguno a niños, niñas, adolescentes o jóvenes bajo su tutela y cuidado, antes al contrario, soy fiel testigo de su ocupación para brindarles espacios seguros, de protección, cuidado y amor; por eso es que estoy convencido, de que si de algo hemos de ser culpables los y las docentes y el personal de apoyo, es de cumplir en todo momento, con la responsabilidad de prestar nuestros servicios con profunda vocación y cariño por la labor, de eso sí somos culpables.

De manera particular, me manifiesto a las enteras órdenes para coadyuvar en lo que se considere prudente para que las respectivas acciones y el anhelado texto que por este medio humildemente permito urgir sea una realidad en el corto plazo.

Sabedor de la empatía de muchos y muchas, así como de la solidaridad para con las comunidades escolares, no tengo duda alguna de que al ser convocados, diremos presentes.

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