Un ciudadano chihuahuense, que pidió ser identificado como «JR», presentó el pasado 16 de julio denuncia/querella penal formal en la Fiscalía Zona Centro y otra ante los juzgados laborales denunciando haber sido víctima de presunta discriminación y homofobia en la empresa que laboraba por su condición de homosexual y tras haber sido diagnosticado con VIH, hasta el punto que aseguró haber sido despedido injustificadamente. Aparte del curso legal del caso, la víctima quiso que hacer público su caso con la finalidad de que lo sucedido sirva como experiencia a alguien más que este pasado por lo mismo.
A continuación la relatoría en primera persona de «JR» explicando todo por lo que pasó:
«Enero 2024, después de 1 año de haber sido diagnosticado con VIH y de estar bajo tratamiento, busqué la oportunidad de empezar a retomar mi vida de la mejor manera posible. Es por ello que el 3 de enero de 2024 ingresé como colaborador a una empresa dedicada al ramo de surtido y abastecimiento de mercancía para algunas tiendas abarroteras en la ciudad de Chihuahua, dicha empresa, ubicada en el complejo industrial Chihuahua, al norte de la ciudad.
Desde los primeros meses pensé la manera de cómo sobrellevar el tema de mi diagnóstico evitando ser despedido. Es por ello, que en la primer cita médica que tuve me dirigí a mi jefa inmediatamente, comentando el motivo de mi consulta. Esto con la finalidad de que me diera más facil cuando tuviera que asistir por mi medicamento y consulta. Al saber ella el tema, me ofrece su apoyo en lo que fuera necesario, guardando la total discreción.
Durante los primeros meses todo parecía marchar bien hasta que en el mes de marzo el supervisor proveniente de Guadalajara, ciudad donde se ubica la matriz y de dónde son provenientes, empezó a cuestionarla argumentando si esto realmente era verdad y cuestionando a compañeros si sabían algo al respecto. Ante esto y lleno de miedo, en cuanto me di cuenta, me vi en la necesidad y casi obligaciones de presentar mi diagnóstico médico con mucho miedo a qué pasaría en esa ocasión.
Vi entre los pasillos a la gerente de la zona y tomé valor de hablar con ella y exponer mi situación. Después de unos minutos de platicar, le hice saber lo que pasaba y solo me cuestionó quien más sabía del tema. Después de yo haberle comentado el porqué lo hacía, me pidió que el tema sería tratado con RH y ella directamente, que mis ausencias serían justificas con mi respectiva receta medica del IMSS.
Todo parecía ir bien, pero después de unos meses me quitaron a la que era mi jefa y nuevamente llegó alguien nuevo a quien me tenía que dirigir para mis permisos y tuve que decirle del tema, ya que en RH era algo complicado que me autorizaran las salidas conforme pasaba el tiempo y por una u otra cosa. Cada vez más gente del área administrativa se daban cuenta de mi situación, tal vez una mala comunicación entre RH y gerencia, estaba causando esto los rumores y pláticas en los pasillos cada vez eran más al grado que un día un compañero echó de reversa el montacargas frenándolo justo al llegar a mi y gritándome que la gente como yo le dábamos asco, por lo que inmediatamente acudí a RH a plantear lo sucedido y no hicieron nada.
Al día siguiente, yo ya no quería volver por miedo. Presenté notificación a mi jefe directo con lo sucedido, ya q no era la primera agresión verbal que recibía. Al regresar a laborar me llamaron de RH para darme a firmar una carta administrativa por no haberme presentado. Lleno de coraje la firmé sin antes cuestionar que pasaría con lo que había sucedido dos días atrás.
Pasaron los días y mis últimas dos consultas presenté mis justificantes y todo pareciera ir bien. Empecé a tener problemas de salud, ya que en pleno verano no teníamos aire acondicionado, el agua que nos tenían para tomar parecía agua lista para café de lo caliente que estaba y los servidores de agua sucios y en pésimas condiciones.
Pasaron los días y el 5 de julio de 2024 dio inicio el inventario correspondiente. El primer día fue un caos pues nuestro horario laboral era de 8 AM a 4 PM y a la hora de salida las puertas se cerraron con candado y cadena. No conforme con esto la supervisora y gerente se cuadraron y pararon en la salida negándonos el acceso y hasta las 6 pm nos dieron pase de salida.
Al día siguiente, al ingresar mis compañeros y yo molestos en una reunión y platicando con la jefa de RH expusimos nuestras inconformidades. Luego de esa plática los involucrados fuimos llamados a la oficina de gerencia pues todo lo que se dijo se le comentó a la gerente y esto se puso feo. En ese encierro, al momento de exponer mi molestia ante la gerente recuerdo como me miró furiosa y lo primero que me dijo fue que yo era el menos indicado para opinar pues agradecido debería de estar con la empresa por haberme contratado en mi estado de salud.
Luego de unos minutos de discusión salimos y a las dos horas me mandaron sacar de la planta argumentando que yo estaba volteando a mis compañeros en contra de la empresa.
El día lunes 8 de julio regresé a laborar. A las 3:50 pm fui llevado a RH donde me querían hacer firmar una notificación de cambio de turno, a lo que me negué y salí de la oficina. Pasaron los días y el jueves 11 de julio me mandaron llamar de nuevo, pero está vez ya tenían mi renuncia y liberación de ahorro. Querían que la firmara, pues según tenía faltas sin justificación siendo esto falso, ya que cada ausencia yo había presentado mis recetas.
Ese día gente externa a RH y gerencia estaba presente y nuevamente salió al tema mi salud. De inmediato comenzó a grabar todo y al negarme a firmar dicha renuncia, saqué mi coraje y les dije que ya estaba cansado, que mi situación de salud no tenía ya nada de confidente y discreción, pues ellos se habían encargado de que cada vez más personas supieran y que lo que estaba haciendo no era lo correcto y procedencia legalmente.
Saliendo de ahí me asesoré. El día 16 de julio asistí a la Fiscalía ubicada en Avenida Teófilo Borunda Norte y, C. 25 s/n, Centro, 31000 Chihuahua, Chih., y acompañado de mi asesor y abogado el Lic. Erick Álvarez interpusimos una demanda por discriminación ante dicha empresa junto con ella y asesorado por la Lic. Rosalba Dávila abogada laboral se interpuso una demanda por despido injustificado buscado una hacer justicia a esto y no dejando pasar desapercibido todo lo que sucedió, ya que la mayoría de las personas que pasamos por esto muchas veces el miedo o la necesidad nos hace permitir que en las empresas como está se aprovechen de nosotros.
Expongo mi caso y situación porque no me gusta que el día de mañana alguna otra persona pase por lo que yo pasé y que sepan cómo aprender a tratar a gente con casos de salud como este, pues hoy en día, en pleno 2024, una persona con VIH puede llevar una vida normal, solo que a veces el trato, los jefes o las instalaciones no son las adecuadas y nos hacen un poco más difícil el permanecer pues tenemos la capacidad de poder hacer nuestro trabajo como cualquier otro compañero.
Cabe mencionar que existen pruebas, conversación y platicas con gerencia y RH más una grabación de todo lo sucedido, ya que pude darme cuenta qyue en mis últimas dos consultas aún yo prestando justificantes médicos y entregando su debida copia, una persona dentro de la empresa pudo percatarse de que los dos días los pusieron como faltas injustificadas.»