Por: Profr. José Luis Fernández Madrid
Concluida la primer quincena de Mayo, la cual para el magisterio reviste trascendental importancia debido a las conmemoraciones ahí incluidas, destacan algunos hechos dignos de analizar.
La marcha o desfile del día primero no es, como muchos piensan, un refrendo a la conducción, buena o mala, de la organización sindical, es por sí misma, una oportunidad de elevar las voces para que sean escuchados los reclamos y atendidas las demandas laborales.
Los eventos del día del maestro y la maestra, no son solamente la entronización de un o una docente a la rotonda de los ilustres, es apreciarnos como agentes de cambio, es una invitación a reconocernos como personas de valor incalculable en la vida de muchos y en la sociedad misma. Acudir a la entrega de estímulos a quienes han entregado su talento en las aulas para pasar a formar parte del glorioso ejército de jubilados, homenajearlos por sus logros, festejar la culminación de sus labores profesionales y coronar los festejos en una reunión de convivencia magisterial nocturna, son actos de voluntad sí, pero de plena apreciación positiva de lo que se es.
Reducir nuestra inasistencia a significativos eventos de la dinámica docente a un desprecio, incomodidad o “mensaje” de insatisfacción a lo que desde las dirigencias sindicales se propone y ejecuta, suena más a berrinche, a deseos de que las cosas salgan mal, aún sabiendo de que eso conlleva negativos para sí mismos, se siente más como el interés de pretender boicotear todo lo programando en aras de poder estar en condiciones de expresar críticas malsanas pensando, torpemente, en obtener futuros beneficios personales o grupales que alimenten obsesivos apetitos.
Es condenable a todas luces ser testigos, una vez más, de que muchos fantasmas aún no se alejan de las mentes y actuares de algunos que desearían ver doblegada a toda una institución, reducida a su mínima expresión para decir que con su desdén les asiste la razón. Es verdad, muchos y muchas no acuden a estas y otras actividades por falta de tiempo, debido a compromisos familiares, problemas de salud o simplemente el desgano o la falta de interés invade y eso está plenamente justificado, no se critica ni juzga, lo criticable y motivo de juicio es para aquellos que invitan a dinamitar de manera consciente… y perversa.
Por ello queda claro que es mejor de una vez, quitarse las máscaras.
P.D. Motivo de enorme satisfacción fue presenciar la ceremonia en que el Profr. Miguel Ángel González García ya se inmortalizó. Enorme personaje. Gran maestro. El amigo perfecto.