Durante el taller «Retos para construir pensamiento crítico con los materiales de la NEM» impartido en la ciudad de Chihuahua por el Doctor Marx Arriaga, director general de Materiales Educativos de la SEP,- organizado por el Instituto de Pedagogía Crítica- éste desgranó las cuatro etapas o fases que implica el nuevo cambio de paradigma en la enseñanza. Destacó que el nuevo modelo busca que los actores del proceso enseñanza-aprendizaje aprendan a leer la realidad, dialogar, reflexionar, con la finalidad de generar un pensamiento crítico, indignación ante las desigualdades y dar paso a acciones para transformar las injusticias en un acto de solidaridad entre las partes. Marx Arriaga no dudó en señalar que, apenas con menos de seis meses en operación, la Nueva Escuela Mexicana es «una utopía a futuro» y llevará años que opere a plenitud.
El titular de Materiales Educativos de la SEP inició el taller hablando de lo que denominó el «Invedecorg». Señaló que los campos formativos de los nuevos Libros de Texto Gratuitos y proyectos fueron elaborados a través de metodologías socio-críticas y cada uno plantea cuatro etapas investigación, desarrollo, comunicación y organización.
Afirmó que una solicitud constante que recibían del magisterio era cómo utilizar los Libros de Texto, cómo se hacen los proyectos, cómo hacer para adaptar los materiales a mi territorio, ante lo que destacó que en un hecho sin precedentes el nuevo modelo da la total confianza y autonomía a las maestras y maestros -lo que no ocurría con planes anteriores- a codiseñar los materiales o territorializarlo.
Refirió que una importante parte del magisterio ha aprendido y ejercido la prefesión con base a los procesos coloniales y políticas neoliberales de los últimos sexenios.
Marx Arriaga manifestó que la primera etapa del trayecto del nuevo modelo es la de la investigación. En este punto, sostuvo que hay que combatir la actual trivialización de la lectura de la realidad, ya que muchos docentes, por la cuestiones burocráticas, se ven obligados a saltarse este paso, no se hab enfrentado al diverso y no han analizado su subjetividad.
Aseguró que en los anteriores modelos se pensaba que el que está aprendiendo debe tener una actitud pasiva escuchando y copiando, mientras que la NEM propone que debe hacerse un acto de humildad y entender que hay otras formas de hacer el trayecto.
Enfatizó que un sujeto histórico que conoce su pasado y que se plantea con una conciencia crítica, tiene la capacidad de leer la realidad, conocer las desigualdades, prejuicios y estereotipos que frenan a las personas, «no todos estamos en las mismas condiciones». «Si no soy capaz de ver los prejuicios que caen sobre el otro, voy por mal camino», abundó a este respecto.
No obstante, señaló que no bastaba con fomentar una mirada crítica, sino que esa mirada debe ser también transformadora, no quedarse en la misericordia y piedad frente al diverso, al marginado, sino que «hay que indignarse» y decir que no es justo donde unos tienen ventajas mientras otros limitaciones.
Un tercer punto de esta primera etapa de la investigación, apuntó ante el auditorio, pasa por dejar de promover proyectos estructurados que marginen a los estudiantes. «No se trata de simular», aseveró, afirmando que no hay que caer como en algunos países donde se plantean las socio- críticas para entretener al estudiante. «Se trata de generar una conciencia crítica, que reflexione y trabaje para transformar situaciones de injusticia» y no simulación.
Reconoció que tampoco hay que pensar que todos los proyectos van a cambiar este mundo, pero si van a generar conciencia crítica, «los primeros pasos son difíciles, pero hay que atreverse». Emplazó a dar sentido a los proyectos desde el territorio. A este respecto, refirió que se necesita la apropiación del espacio y eso sucede en las aulas.
Un segundo momento de esta etapa es la reflexión crítica, y en tercer lugar el diálogo, pero un diálogo en el que no se imponga una voz autoritaria por parte del maestro, sino una «verdadera ecología de saber», donde la diversidad esté presente.
Marx abundó en que el diálogo no puede ser sólo una simulación y recordó como aquellos que fueron silenciados van a imitar la voz de quienes siempre les han silenciado, el maestro, el padre, la madre, pero sin un punto de vista propio. Enatizó que dar voz al otro implica primero dar pie a la diversidad.
Convino que la NEM no puede ser operada desde un programa político o decisión presidencial, sino que por el contrario implica un proceso decolonial profundo, donde hay que quitar las viejas prácticas. Reconoció que «eso llevará años» y que se trata de «macromodelo que piensa en una utopía a futuro».
Tras la primera etapa de investigación se pasa a la segunda, la del desarrollo, para generar acuerdos y pasar de la reflexión a la acción. En este punto, el Doctor Arriaga hizo hincapié en que la NEM no es una formación de cuadros de líderes, no es un trabajo de maquila,
«estamos formando comunidad, participan todos, no hay una hegemonía», sino que se trata de dinamitar las hegemonías que hay.
Afirmó que a la derecha de Chihuahua le encanta enarbolar la bandera de que «lo más importante de la educación son las niñas, los niños y los adolescentes», pero que esa afirmación encierra una contradicción. «Si es tan importante ¿por qué nunca los escuchas y los tratas como los que nunca tienen voz?», cuestionó.
En un tercer término se pasa a la categoría de la comunicación, la cual contempla entre sus etapas la de la evaluación. Arriaga compartió que les «pesó mucho a las derechas» que aparecieran en los Libros de Texto Gratuitos los términos asamblea y comunidad, como espacio democrático donde todos participan de forma horizontal, idea que trataron confundir de cara a la opinión pública como de un presunto intento de promover el comunismo.
Afirmó que esta evaluación contempla un cambio de prisma, ya que si bien hasta ahora siempre se hacía la evaluación respecto al contenido de lo aprendido, ahora va más en el sentido de que el docente y el alumno se pregunten si lo hicieron bien y qué podrían hacer en las próximas asambleas para mejorar. «Una reflexión crítica de mi trabajo comunitario», refirió.
La última y «es la que más duele a la derecha», sostuvo Marx Arriaga, es la de la organización. Afirmó que a las derechas les duele que las personas reflexionen, sean críticas, «pero lo que más me duele es que te organices». Refirió que la organización implica formar cooperativas en las escuelas y que esas cooperativas se organicen y compartan con. Ya en cuestión de proyectos, apuntó, no es sólo hacer proyectos por hacerlos, se genera comunidad que cada vez lleva a retos más ambiciosos, avanzando más a la transformación.