No Cambies Tu Número, Cambia Tu Presidente

Opinión por: Gabriel Madrid Molina

En un mundo donde la privacidad se ha convertido en una moneda cada vez más escasa y valiosa, el respeto por la intimidad y la protección de los datos personales se convierten en pilares fundamentales de una sociedad democrática. Sin embargo, dentro de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, estos principios son sacrificados en el altar de la confrontación mediática, dejando a un lado la ética periodística a fin de manipular en favor de quien no le corresponde.

En su más reciente arrebato de imprudencia durante su conferencia matutina, el presidente López Obrador cruzó la línea de privacidad, derrumbando el respeto y cuidado ciudadano al revelar públicamente el número telefónico de la periodista Natalie Kitroeff del periódico The New York Times. Este acto, no solo es una violación flagrante de la privacidad, sino también una intimidación directa hacia una profesional de medios. Sin dudano puede pasar por alto.

Más allá de este error ético y profesional, el presidente no se detuvo ahí. En un gesto lamentable, compartió un video en el que, en compañía de un individuo no identificado, se burlan directamente de los salarios de reconocidos periodistas como: Jorge Ramos y León Krauze. Al compararlos con el modesto ingreso de un trabajador común, el presidente busca desacreditar el trabajo de estos profesionales para desviar la atención de los verdaderos problemas del país hacia una guerra personal y poco ética contra la prensa crítica.

Es importante destacar que este comportamiento no solo es indignante, sino peligroso. En un momento en el que la libertad de prensa está siendo amenazada en todo el mundo, el papel de los líderes políticos debería ser el de proteger y promover la independencia de los medios de comunicación, no socavarla con actitudes autoritarias y represivas.

El respeto a privacidad y la libertad de expresión son piedras angulares para el funcionamiento de cualquier democracia saludable. No podemos permitir que actos tan descarados de hostigamiento y desprecio por la labor periodística se conviertan en la norma. Los ciudadanos tienen el poder de exigir un cambio, y este cambio debe empezar con la elección de líderes que respeten los valores democráticos y defiendan los derechos fundamentales de sus ciudadanos.

En lugar de cambiar de número telefónico para proteger nuestra privacidad, debemos cambiar de presidente para proteger nuestra democracia. Es hora de decir basta a la intolerancia y el abuso de poder, y exigir un liderazgo que promueva el diálogo, el respeto y la transparencia.