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«La Escuela Es Nuestra» detona voluntades en 3,159 planteles de Chihuahua

– La Escuela Secundaria Federal 13 de la colonia México 68, en Ciudad Juárez, es un claro ejemplo de cuando se unen gobierno, familias y personal escolar los recursos se multiplican y se aprovechan al máximo

-La pandemia les dejó muy clara la tarea: dotar al alumnado de una de las zonas más marginadas de la frontera de un lugar con las nuevas tecnologías para aprender computación, realizar trabajos, presentaciones y prácticas

– Hasta abuelitas participan en labores de albañilería, carpintería, electricidad y pintura para habilitar aula de medios y biblioteca

– Programa federal deja derrama económica de 1,347 millones de pesos en la entidad

Chihuahua.- Gracias al programa La Escuela Es Nuestra (LEEN), casi mil niñas y niños de la secundaria Federal #13 cuentan con un aula de medios donde aprenden y conviven con el uso de las nuevas tecnologías.
Ubicada en la colonia México 68, la Casa de las Panteras lucha por ser un oasis de seguridad, aprendizaje y sana convivencia para las y los estudiantes de secundaria.

Con el apoyo de 600 mil pesos que el plantel recibió por parte de LEEN, habilitaron un aula de medios con equipo de cómputo de primer nivel, en el que las y los estudiantes tienen acceso a Internet, computación, así como la oportunidad de adquirir habilidades para la realización de presentaciones, tareas y labores de investigación.
En la tarea de habilitar el aula de medios y la biblioteca participaron madres, padres de familia y hasta abuelitas y abuelitos, quienes hicieron labores de albañilería, carpintería, electricidad y pintura, lo que permitió que los recursos se multiplicaran y se aprovecharan al máximo.

La Secundaria Federal #13 es uno de los tres mil 159 planteles que se beneficiaron el año pasado con La Escuela es Nuestra en el estado de Chihuahua, programa que a la fecha ha dejado una derrama económica de mil 347 millones 100 mil pesos en la entidad.
Ubicada al sur poniente de la ciudad, la colonia México 68 está considerada dentro de los polígonos de pobreza e inseguridad urbana de la ciudad fronteriza.

El bajo nivel educativo de sus habitantes, la falta de servicios e infraestructura, así como los altos niveles de inseguridad, son las principales razones que hacen de este sector un espacio sensible, en especial para niñas, niños y adolescentes.
Ubicada a un costado de las vías del ferrocarril, bordeando los límites de la colonia, es donde se encuentra la Escuela Secundaria Federal # 13 o la Secundaria México 68, como todos la conocen, que fue beneficiada en una primera fase por 600 mil pesos y está en espera de obtener un segundo apoyo.

Lo primero que llama la atención al llegar, es el orden y la limpieza de las instalaciones este plantel, luego, ya en el interior, un ambiente de tranquilidad, camaradería, confianza y alegría lo llena todo. En esto contribuye mucho no sólo lo limpio que todo luce, sino también el buen número de jardineras, árboles y las mesas y bancos de concreto con los que cuenta la institución que hacen del lugar un espacio más amigable, bonito y seguro.

Esta colonia tiene como principal actividad económica la fabricación de adobes, relata la directora de la Secundaria Federal # 13, la profesora Brenda Bailón Chavira, así que durante la pandemia por Covid-19 se enfrentaron a la situación que la mitad o más de la mitad de las y los alumnos abandonaron sus estudios por falta de internet para poder continuar con sus clases desde casa, de manera que mantener las clases en línea no fue una opción para las y los estudiantes de la Casa de las Panteras, puesto que la gran mayoría de ellas y ellos no tenían internet, computadora, ni cable.

Entre directivos y profesores idearon un sistema de trabajo mediante la aplicación de WhatsApp, además de apoyarles con la entrega de material mediante fotocopias que las y los docentes preparaban. Ahí fue cuando se hizo más imperante la necesidad de contar con un espacio de medios electrónicos y digitales, donde las y los estudiantes pudieran aprender computación, realizar trabajos, presentaciones y prácticas, relata la directora de la escuela.

Cuando obtuvieron el recurso por parte del programa de Gobierno federal La Escuela Es Nuestra por 600 mil pesos, tanto madres de familia, como estudiantes y profesores tenían muy claro cómo utilizar este recurso: habilitar un aula de medios para que las y los adolescentes tuvieron además de los conocimientos, el acceso a un espacio con computadoras, internet, impresoras, cañón y todo lo necesario para que puedan tener las mejores herramientas para sus estudios.

Con una comunidad estudiantil integrada por casi mil estudiantes entre el turno matutino y vespertino, los 600 mil pesos fueron utilizados “hasta el último peso en favor del alumnado”, expresó Bailón Chavira.

Fue un proceso de mucho trabajo donde se involucró toda la comunidad, explica la directora Bailón. El primer paso para lograr esta aula, así como una biblioteca, la cual aún le falta parte del mobiliario y los libros, fue habilitar una antigua bodega que se encontraba en obra negra, para ello, con el apoyo técnico de los coordinadores del programa LEEN, se puso la losa al techo, además de puertas metálicas reforzadas para la protección del lugar, al cual hubo que hacer toda la instalación eléctrica y el cableado, tanto para el aula de medios como para el espacio destinado a la biblioteca.

Biblioteca que se ubica en esa misma vieja bodega donde está el aula de medios y que fue dividida por una pared para delimitar cada uno de los espacios. Mientras que el aula de medios luce rebosante con los más de 30 equipos de cómputo de reciente generación a disposición de las y los alumnos, la biblioteca aún luce vacía, pero esto es “porque no nos alcanzó el dinero para más, hicimos de verdad milagros con lo que nos dieron, no solo está completa la sala de medios, sino que la biblioteca ya cuenta con piso, lámparas, pintura, ya tenemos todo preparado para que aquí sea nuestra futura biblioteca, estamos viendo volver a ser beneficiados con otro apoyo de LEEN, vamos a ir por ello”, dice la directora.

“Esta es una comunidad de mucha marginalidad, azotada por la violencia, tenemos muchos alumnos y alumnas víctimas de violencia en casa, hay muchos niños y niñas que sus papás, madres, fueron también víctimas de esta situación, hay muchos niños y niñas huérfanos que viven con sus abuelitos y abuelitas, algún familiar, algún otro tutor, incluso con sus vecinos”
“Vimos que aquí el nivel económico de las familias va de baja a pobreza extrema, tenemos alumnas, alumnos que batallan para tener un refrigerio al día y aquí tratamos de apoyarles entre las otras madres, padres de familia, las maestras, maestros, con despensas, desayunos escolares a través de la cafetería, pero lo que más nos preocupó fue la deserción escolar durante la pandemia, por falta de computadora, internet, a veces había familias que sólo tenía un celular para uso de varios hijas e hijos, además de la jefa de familia, no sabían buscar información, por eso fue que construimos un aula de medios que pueden usar todas y todos los alumnos”, cuenta Bailón Chavira.

Aquí les enseñan a buscar información a hacer sus trabajos, sus investigaciones, tareas, tienen disponibles una máquina, aquí aprenden a utilizar la computadora y esto ha sido una herramienta muy eficaz también para las maestras y maestros.

“Cuando se tuvo la reunión con el Comité Escolar de Administración Participativa, la mayoría estuvo de acuerdo en que este era el proyecto que más iba a impactar”, prosigue, donde el sentido de comunidad y las ganas por sacar adelante a sus hijas e hijos hizo acto de presencia.

“Tratamos de que el dinero rindiera como si hubiera sido el doble, hubo mucha mano de obra de madres y padres de familia que nos dieron precios muy económicos, para que rindiera más el recurso, aquí participaron muchos padres de familia que son albañiles, carpinteros, pintores, todos ellos nos dieron precios mucho más bajo, por eso es que pudimos habilitar el aula de medios y la biblioteca que en un futuro vamos a inaugurar”, resalta.

“Pero donde realmente gastamos fue en la compra del equipo de cómputo, material eléctrico, lámparas, pisos, mobiliario, todo el equipo, mesas, sillas, pizarrones, cañones, mini splits, todo para poder habilitar las aulas que quedaron de última generación, como lo merecen nuestras niñas y niños”, aseguró la maestra Brenda Bailón.

Finalizó agradeciendo al programa La Escuela Es Nuestra “fue una gran oportunidad ser parte de él, fue una bendición para nuestra escuela ser beneficiados. Esta es la primera vez en la vida que nos beneficia algún recurso, es la primera vez que voltean a ver a las escuelas más pobres, la verdad es que tienen Servidoras y Servidores muy comprometidos, siempre nos apoyaron, nunca nos dejaron solos, queremos que sigan estos programas y estos apoyos para las escuelas que más lo necesitan”.

“Aprendo cosas de la naturaleza, de los países, estudiar y aprender en el aula de medios es algo bueno para mi carrera, mis estudios, lo que voy a estudiar de grande y pues es muy buena para enseñarme más cosa, que no vi en la primaria”, dice Yazmín Alejandra García Blanco, alumna de 12 años de edad.

Gabriela Denisse Martínez Cabanillas, de 13 años, estudiante de segundo año, dice que lo que más le gusta del aula de medios es que le enseñan a buscar en muchos lugares para sacar información de cosas muy interesantes para aprender.
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