Por: Rosalío Morales Vargas
Han urdido mentiras sin recato,
llamando protección al genocidio,
haciendo panegíricos obscenos
de la infame barbarie y el cinismo.
Sin temor al desdoro y la condena
ejecutan masacres despiadadas,
saquean e invaden tierras palestinas
y le nombran acción humanitaria.
De armas prohibidas hacen uso,
atacan hospitales y mezquitas,
evocando un dogma intolerante
alientan el despojo y la rapiña.
Vociferan que actúan en su defensa
y edifican odiosas narrativas
con creencias fanáticas declaran
su retorno a la tierra prometida.
Bombardean las viviendas y los barrios,
y provocan un cruel infanticidio,
incendian los viñedos y olivares,
y juzgan terroristas a los niños.
Sionistas hacedores de catástrofes,
proclives al destino manifiesto,
el mundo los repudia y abomina;
no deshace sus crímenes el tiempo.
Los fundamentalismos agresivos
desaparecerán en el planeta,
se acabarán las guerras y los odios,
la humanidad florecerá completa.