Gran malestar entre los docentes de Misiones Culturales que esta mañana llegaron a Servicios Educativos del Estado de Chihuahua a exigir a las autoridades atender y solucionar diferentes problemáticas existentes en el nivel. Y es que, como se suele decir, lisa y llanamente los batearon. El director general de los SEECH, Donaciano Héctor González Estudillo, recurrió al clásico básico de que tenía la agenda cargada -ahora entraremos en ese punto, y la secretaria Técnica, la maestra Rosa Isela Lozano Levario, aseguraron directamente que no se encontraba en el lugar.
Después de ser invitados a entrar a las oficinas de SEECH, los inconformes, que hay que decir que llegaron desde diferentes regiones, algunas de ellas muy apartadas, se encontraron con que iban a ser atendidos por los titulares de departamento, sin poder de decisión, y exigieron la presencia del director o la secretaria técnica, encontrándose con las respuestas ya referidas. Ello calentó los ánimos, hasta el punto que tomaron la decisión de levantarse de la mesa «de negociación» y decidieron escalar en su protesta acudiendo a la Secretaría de Educación y Deporte, y a Palacio si seguían sin ser atendidos.
En este punto cabe señalar un problema recurrente que se viene advirtiendo desde hace tiempo en la SEyD y en SEECH. Y es que quienes encabezan ambas dependencias se han convertido en esclavos de «la agenda». «La agenda», «la agenda», «la agenda»,… siempre es la misma, la misma que por cierto es armada y sobresaturada por la maestra Rosy Lozano, que con ello le hace un flaco favor a secretaria, subsecretarios y directores, ya que que los trae a corre y corre, sin margen para reacción ante este tipo de imprevistos.
Cabría destacar aquella máxima de que, «en ocasiones menos es más», porque de nada sirve acudir a mil y un lugar si a la hora de la verdad no se atienden y solucionan los problemas. Es un secreto a voces que recorre el Héroes de la Revolución, las oficinas de la Antonio de Montes y la de más de un subsistema, pero por motivos obvios, prefieren o tienen que callar. Es el problema de la concentración del poder en una sola cabeza y, ahora sí, si no eres del grupo no sales en la foto.
Aunado a ello, poco a nada ayuda la política de que cuanto menos se informe, se expongan los funcionarios a los medios o, si no cabe de otra, no respondan a los cuestionamientos. Ya se vio, y a las pruebas nos remitimos, que «la táctica del avestruz» les está dando el resultado contrario.