Nada que ver hechos en Santa Anita con lo de Cerocahui hace un año, fue enfrentamiento entre grupos y trataron de resguardarse en iglesia: Fiscal General

Tras los hechos registrados el lunes en las inmediaciones de la iglesia del poblado de Santa Anita, en Guachochi, donde el edificio religioso recibió numerosos impactos de bala, se encontró a un hombre decapitado y un vehículo calcinado, el fiscal General del Estado, César Jáuregui Moreno, enfatizó que de ningún modo se trató de un caso similar al acontecido hace un año en Cerocahui.

El titular de la FGE sostuvo que no fue un ataque propiamente contra la iglesia, sino producto de un enfrentamiento con persecución incluida entre los dos grupos antagónicos de la región, gente del Chapo Calín y hombres de Los Reyes, que se disputan la zona.

Apuntó que durante la persecución algunos de los participantes intentaron resguardarse del ataque en la iglesia, que en ese momento se encontraba vacía. De ahí los numerosos impactos de bala en la fachada del templo.

De igual modo, Jáuregui precisó que si bien el hombre encontrado sin vida y decapitado portaba ropa táctica, no se trataba de un militar o integrante del Ejército Mexicano.

El Fiscal General informó que ayer recibieron al sacerdote titular de la iglesia de Santa Anita, al cual la Fiscalía va a brindar atención y protección, al igual que a algunas personas personas y familias que tuvieron que salir del lugar y que solicitaron ayuda a la autoridad.

También ayer se daban hechos violentos en Coronado, donde al menos cinco hombres fueron privados de la vida. Al respecto el fiscal apuntó que se trató de un nuevo episodio de la disputa entre los grupos de La Línea y Los Salgueiro, el cual ya tenía antecedentes.

Mientras, César Jáuregui atribuyó los multihomicidios en la capital, entre ellos los registrados en picaderos al norte en Riberas de Sacramento y en el centro al lado de una conocida cervecería, a la venta de cristal y al grupo de La Empresa.

Afirmó que tienen completamente identificados a los grupos implicados y que en el crimen cometido en el centro los sicarios emplearon silenciadores, por lo que el evento violento pasó desapercibido y nadie se enteró de las ejecuciones hasta un día después y esto gracias a que en su huida dejaron la puerta abierta.