El cuidado de una persona con una enfermedad crónica con dependencia total o parcial implica cambios relacionados con la transformación de roles, responsabilidades familiares y cambios en el estilo de vida, lo que genera, en la mayoría de las ocasiones, sobrecarga que influye en la calidad de vida del cuidador.
La doctora en Ciencias de Enfermería Mariana Vargas Beltrán, directora de la Facultad de Enfermería y Nutriología, explicó a través de una capacitación que impartió a los estudiantes, que la persona que proporciona asistencia y apoyo diario a quien padece alguna enfermedad (por lo general es un familiar), está propenso a padecer el “síndrome de sobrecarga del cuidador” que puede derivar en problemas económicos, psicológicos, sociales y físicos.
Según diversos estudios, los cuidadores suelen anteponer las necesidades de la persona a su cargo sobre las propias, por lo que pueden experimentar un alto nivel de estrés, consumo de estimulantes, analgésicos, antidepresivos y ansiolíticos, así como una predicción hacia el consumo de tabaco y alcohol.
La pandemia que atravesamos acentuó aún más los cambios negativos en los hábitos de salud de los cuidadores de enfermos, por lo que hubo una mayor tendencia al consumo de los citados medicamentos y diversas adicciones.
Por lo anterior, la Dra. Mariana Vargas recomendó que la responsabilidad del cuidado de un enfermo no debe recaer en una sola persona, sino que se debe solicitar el apoyo de otros familiares o expertos.
También es importante que el cuidador adopte hábitos positivos como el ejercicio físico, alimentación saludable, no descuidar las horas de descanso, dedicar tiempo a sí mismo y aprender técnicas de relajación.
Finalmente, la directora de la unidad académica dijo que desde el ámbito de la enfermería es importante redirigir la mirada hacia los cuidadores tradicionalmente invisibilizados, ya que son un grupo poblacional vulnerable, expuesto a sufrir consecuencias adversas por el rol que desempeñan.
De igual forma se deben proponer estrategias de apoyo en la detección de abuso de consumo de sustancias como alcohol, tabaco y medicamentos no prescritos, relacionado con la sobrecarga de cuidado y con aquellos factores inherentes al rol del cuidador.